AndulaciónPatologíasSueñoSíndrome de las piernas inquietas (SPI)

17/06/20220

Aquellos que padecen el síndrome de las piernas inquietas sienten un impulso o sensación incontrolable por la cual deben levantarse y caminar o la necesidad imperiosa de mover las piernas. A este trastorno también se le conoce como la enfermedad de Willis-Ekbom y afecta entre un 5-10% de la población adulta. 

¿Qué es el síndrome de las piernas inquietas? 

El síndrome de las piernas inquietas, también se conoce como la enfermedad de Willis-Ekbom. Se trata de una patología neurológica que se caracteriza por la presencia de unas molestias descritas como hormigueo, quemazón, calambre o dolor en las piernas. Esta sensación suele aparecer en reposo, sobre todo al final del día o durante la noche y conduce al paciente a sentir la necesidad imperiosa de moverse para aliviar dicha sensación. Toda esta sintomatología lleva al paciente en muchos casos a sufrir dificultad para conciliar el sueño y que éste, cada vez sea más desestructurado. Se estima que más de 2 millones de personas padecen esta afección en España y que al menos un 20% de estos sufren el síndrome de forma grave. 

Causas del SPI 

A día de hoy no se conoce la causa exacta que produce este síndrome, no obstante, diversos estudios respaldan que existen una serie de factores que predisponen a las personas a padecer o desarrollar esta patología. Entre los cuales se encuentran: 

  • Dopamina: Se trata de una sustancia química cerebral que ayuda a realizar el movimiento muscular, si el cerebro no realiza una correcta gestión de esta sustancia puede ser un claro desencadenante. 
  • Genética: Esta patología a menudo se trasmite entre generaciones de primer grado. 
  • Existe mayor prevalencia entre pacientes previamente diagnosticados de: Enfermedad renal crónica, diabetes, déficit de hierro, magnesio o ácido fólico, Parkinson, neuropatías periféricas y esclerosis múltiple. 
  • Otras condiciones relacionadas con aspectos médicos o relacionados con el consumo tales como el uso de algunos fármacos, consumo de cafeína, tratamiento con sedantes en suspensión, embarazo… 

Tipos de SPI 

El tipo de síndrome de piernas inquietas que se padece se determina en función de las causas que desarrollan la patología, por eso se diferencian 3 tipos: 

SPI familiar o primario: Es aquel que se asocia a factores genéticos. 

SPI secundario: Es aquel que aparece como resultado a otra enfermedad existente. Afecta principalmente a aquellos que padecen anemia o tienen niveles bajos de hierro en sangre. 

SPI idiopático: Es aquel cuya causa es desconocida, no existe una enfermedad anterior ni antecedentes familiares. 

Síntomas del SPI

El síntoma principal que se asocia a esta patología es la necesidad irresistible de mover las piernas causada por las molestias que aparecen en ellas. Aunque dichas molestias suelen presentarse en las piernas, también se dan casos en que aparecen en los pies o los brazos. 

Habitualmente, estas molestias aparecen en reposo, ya sea al permanecer sentado o acostado por un periodo de tiempo o durante el descanso. 

Esta sensación, por lo general desagradable, puede variar tanto de intensidad y frecuencia. Al principio suelen ser molestias pequeñas que no alteran el día a día de aquel que las padece pero cuando aumenta su intensidad suele ser más frecuente su aparición llegando a afectar el descanso y provocando diversos trastornos del sueño o cansancio durante el día. 

Las molestias que se padecen en las extremidades a menudo se describen como: 

  • Cosquilleo 
  • Hormigueo 
  • Tirón 
  • Quemazón 
  • Dolor 
  • Calambre 

A menudo estos síntomas descritos empeoran durante la noche y logran encontrar alivio con el movimiento. Ya sea realizando estiramientos, paseos o caminando. 

Tratamiento del SPI

Para elaborar un correcto tratamiento del SPI es fundamental que médico y paciente tengan una relación de confianza y colaboración. Un estilo vida saludable será esencial en un primer paso, eliminar las sustancias excitantes que puedan despertar los síntomas, tomar los suplementos vitamínicos (vitamina B) y minerales necesarios (hierro, magnesio, potasio y calcio) y realizar algunas actividades básicas que puedan ser de alivio para el paciente como paseos, aplicación de agua fría o tibia, darse masajes y realizar estiramientos.

Otro aspecto fundamental a tratar será el descanso puesto que los trastornos del sueño que la propia sintomatología provoca tienden a empeorar los síntomas del SPI.

Además de esto, es más que probable que el tratamiento farmacológico resulte necesario. Algunas de las opciones actuales incluyen: Agentes dopaminérgicos, sedantes, analgésicos y anticonvulsivos.

Andulación y SPI

Gracias a los 3 principios básicos con los que actúa, la Andulación es un tratamiento eficaz para el tratamiento de algunos efectos del síndrome de las piernas inquietas desde la primera sesión de tratamiento. Partiendo de una posición ergonómica en decúbito supino (tumbado boca arriba) con las piernas ligeramente elevadas (por encima del corazón) no solo favorecemos el retorno venoso, sino que además la zona lumbar se corrige para evitar cualquier tensión que pueda existir.

Además de esto, la terapia de andulación resulta un método muy eficaz contra los trastornos del sueño, ya que aporta una relajación intensa y duradera.

El uso regular de esta terapia biofísica aumenta la resistencia al estrés y detiene sus efectos dañinos. Esto se consigue gracias a que el tratamiento calma al sistema nervioso simpático y estimula el sistema nervioso parasimpático.

Que el SPI no te quite el sueño.

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