Patologías

Lumbalgia

La lumbalgia es el dolor repentino localizado en la parte baja de la espalda, causado por la obstrucción de una articulación vertebral o un esguince en los músculos de la espalda.

Se trata además del dolor que se produce con más frecuencia. Existen tres tipos:

Dolor mecánico: es el más frecuente. Aumenta con el movimiento y se reduce o desaparece con el reposo
Dolor inflamatorio: persiste a pesar del reposo
Dolor neuropático: por afección de los nervios que parten de la columna vertebral

Causas de la lumbalgia

La causa más frecuente de la lumbalgia son problemas de columna vertebral, en la mayoría de los casos por alteraciones de la musculatura de la zona. El bloqueo de las articulaciones de la columna vertebral puede ser debido a una mala postura temporal o por un movimiento demasiado brusco. Como resultado, las articulaciones de se bloquean y ver limitadas sus funciones. Debido a que existen numerosas terminaciones nerviosas que rodean las articulaciones de la columna vertebral, tales bloqueos pueden ir acompañados de fuertes dolores.

Los esguinces y las contorsiones de los músculos espinales profundos (la musculatura autóctona) también son causados por posturas incorrectas o movimientos bruscos repentinos. Rara vez una hernia es la causa de la lumbalgia, en cuyo caso además del dolor de espalda también puede existir una parálisis o entumecimiento en las piernas.
Una causa aún más rara de lumbago son las constricciones a las articulaciones vertebrales como resultado de procesos inflamatorios o tumorales.

Síntomas de la lumbalgia

Un síntoma típico de la lumbalgia son los dolores repentinos en la región lumbar.Pueden ser bastante fuertes y punzantes. A veces este dolor se irradia a las piernas o los glúteos. Hay casos en los que la lumbalgia también provoca perturbaciones en la función digestiva o de la vejiga.

En general, la lumbalgia puede manifestarse mediante cualquier combinación de los siguientes síntomas:

•Dificultad para moverse. Puede ser lo suficientemente grave como para impedir que el paciente camine o se ponga de pie.
•Dolor irradiado en piernas o glúteos.
•Dolor que suele ser sordo.
•Espasmos musculares que pueden ser graves.
•Área localizada que presenta dolor con la palpación.

Diagnóstico de la lumbalgia

Tratamiento de la lumbalgia

El tratamiento para la lumbalgia depende de los antecedentes del paciente además de la gravedad del dolor. La gran mayoría de los casos de la lumbalgia se curan en un período de seis semanas. Los ejercicios para la lumbalgia son, en buena medida parte del plan de tratamiento.

En caso que el dolor persista o empeore, se pueden recomendar procedimientos quirúrgicos o diagnósticos más avanzados.

  • Descanso. No realizar actividades durante unos días permite que los tejidos lesionados empiecen a curarse, lo que además alivia la lumbalgia. Aunque descansar por más de unos días puede conllevar una debilitación de los músculos, factor que puede propiciar dificultades para apoyar la columna adecuadamente.
  • Ponerlo todo en su sitio. Si el lumbago es causado por el bloqueo de articulación vertebral, podremos restaurar la movilidad poniendo la articulación de nuevo en su sitio. Eso sí, esta acción solo la puede realizar un médico experimentado.
  • Tratamiento medicinal del lumbago. Es importante aliviar el dolor lo antes posible para evitar nuevos tirones. Además de los analgésicos se recomiendan inyecciones directamente en la zona afectada de la columna. Las sustancias administradas incluyen analgésicos, anestésicos locales y anti-inflamatorios.
  • Tratamiento de frío o calor. Algunos pacientes reaccionan mejor a tratamientos de calor, otros a tratamiento de frío, y se trata de probar ambos métodos para ver cuál se adapta mejor.
  • Medicamentos. Existe gran diversidad de medicamentos recetados y de venta libre que reducen los síntomas de la lumbalgia. Se trata de medicamentos que reducen la inflamación, lo que en muchas ocasiones causa dolor, mientras que otros tratan de impedir la transmisión de las señales de dolor al cerebro.

Fisioterapia

La fisioterapia dirigida está especialmente recomendada para el lumbago causado por espasmos o tirones musculares. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que durante una fase de dolor agudo estos ejercicios provocan demasiado dolor para poder ser realizados. Una vez la sintomatología disminuye, estos ejercicios pueden ser muy útiles para evitar una recaída.

Ajustes quiroprácticos

También son conocidos como la manipulación quiropráctica. Pueden servir para mejorar el funcionamiento de la columna ya que reducen el dolor e inflamación y mejoran así la amplitud de movimiento y el funcionamiento físico.

Andulación

Mediante la estimulación de la circulación en la región lumbar se liberan las tensiones y la presión de los cuerpos vertebrales.

Acupuntura

La acupuntura puede funcionar como tratamiento alternativo para el lumbago junto con otras medidas terapéuticas.

La terapia de andulación en la lumbalgia

La terapia de andulación ha demostrado ser un método de tratamiento muy eficaz en los casos de lumbalgia.

Mediante la estimulación de la circulación en la región lumbar se liberan las tensiones y la presión de los cuerpos vertebrales. Esto hace que también los bloqueos que pinzan las articulaciones de la región lumbar se suelten, ofreciendo un alivio claro e inmediato de las molestias.

El calor infrarrojo profundo refuerza su efecto activando además la circulación del tejido y relajando con ello los nervios y las articulaciones facetarias del área lumbar.

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Más información de la lumbalgia

Todos los días realizamos numerosos movimientos sin ser conscientes ello. Nos volvemos dolorosamente conscientes de la complejidad de nuestro sistema musculoesquelético cuando nos encontramos de repente limitados en nuestras funciones de movimiento.

Columna vertebral, la estructura de la vida

La columna vertebral, el pilar de nuestro cuerpo, consta de treinta y cuatro vértebras separadas a su vez por un disco intervertebral. La columna vertebral también se encarga de conectar todos los componentes del esqueleto entre sí. Cráneo, esternón, brazos, pelvis y piernas están en contacto directo o indirecto con la columna vertebral. El núcleo de la columna vertebral está formado por la médula espinal, nuestro segundo sistema nervioso central.

La columna vertebral consta de cinco partes:

  • Columna cervical
  • Torácica
  • Lumbar
  • Sacro
  • Cóccix

Cada uno de estos componentes consta a su vez de varias vértebras individuales: siete vértebras cervicales, doce vértebras torácicas y cinco vértebras lumbares, sacras y cóccix, dando un total de 34 vértebras.

Vista desde el lado la columna vertebral parece una doble S, una forma que no es un capricho de la naturaleza sino que tiene una gran utilidad. Cuando el hombre aprendió a caminar de pie obtuvo innegables ventajas, pero nuestro cuerpo quedó de repente más expuesto a los impactos. Para compensar este inconveniente la evolución creó un diseño especial para la columna vertebral. Gracias a esta forma de doble S las vibraciones se reducen y distribuyen de forma equitativa logrando así que, por ejemplo, el cerebro quede mejor protegido contra los choques cuando corremos.

El abc de la movilidad

Cada movimiento, por pequeño que sea, implica multitud de estructuras de nuestro cuerpo. Estas incluyen:

  • Huesos. Los huesos están reforzados de forma similar al hormigón armado, donde una red de proteínas actúa a modo de estructura de acero, y rellenos de sustancias minerales similares al propio hormigón. Esta combinación hace que los huesos sean muy resistentes.
  • Cartílago. Los extremos de los huesos están cubiertos con una capa de cartílago suave. Se trata de un tejido a la vez que elástico, con la función de proteger el hueso. Esta elasticidad permite al cartílago amortiguar impactos. Gracias al cartílago, la carga se distribuye en las superficies de la articulación y el hueso subyacente queda protegido contra el desgaste.
  • Cápsula de la articulación. Esta cápsula rodea la articulación como una capa y le proporciona estabilidad. La cápsula se compone de dos capas. La capa exterior consiste en fibras de tejido conectivo que interconecta los huesos. La capa interna la forma la membrana sinovial.
  • Membrana sinovial. La capa interior de la cápsula de la articulación contiene numerosos vasos sanguíneos, nervios y vasos linfáticos, formando el líquido sinovial que es secretado en la cavidad articular.
  • El líquido sinovial. El líquido sinovial lubrica la articulación para hacerla más deslizante y proporciona nutrientes a la articulación a través de la sangre.
  • Ligamentos. Estas hebras cortas de tejido conectivo sólido protegen las articulaciones
  • Contra movimientos incorrectos.
  • Musculatura. Las articulaciones pueden moverse gracias a los músculos.

Tendones
Los extremos de las fibras de los músculos forman los tendones, fuertes fibras de tejido conectivo que conectan los músculos a los huesos. Encontramos los tendones en zonas que se mueven mucho, como el codo.

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