AndulaciónPatologíasGrados de afectación síndrome de fatiga crónica

08/07/20222

Se estima que un 0.5% de la población mundial padece el síndrome de fatiga crónica eso supone que entre 120.000 – 200.000 personas padecen este síndrome en España. Se trata de un síndrome que se caracteriza por la presencia de fatiga tanto física como mental intensa que no presenta una causa específica y puede llegar a ser de lo más incapacitante. 

¿Qué es el síndrome de fatiga crónica? 

El síndrome de fatiga crónica (SFC) es una enfermedad compleja y de larga duración que afecta a diversos puntos de nuestro organismo. También se lo conoce como encefalomielitis miálgica. Los afectados por este síndrome sufren una fatiga o cansancio extremo que a menudo les dificulta realizar las actividades del día a día y en algunos casos puede incluso dejarlos encamados. Cualquiera puede verse afectado por este síndrome, aunque es más común en mujeres entre 40 y 60 años.  

Pese al cansancio extremo que los afectados padecen, es muy común que aquellos que sufren el síndrome de fatiga crónica presenten algún trastorno del sueño ya que este no es reparador y el desespero que pueden llegar a desarrollar les puede dificultar también conciliar el descanso. 

El SFC puede empeorar tras realizar cualquier actividad, ya sea física o mental, cuando esto ocurre, se describe a este síntoma como malestar post-esfuerzo. 

Dicho se forma sencilla, el SSC hace que nuestro cerebro esté en un estado de alerta permanente y reaccione de forma exagerada a los estímulos, incluso los no dolorosos, y así se intensifica la información sensorial que nos llega del medio.

Suele aparecer en periodos de estrés psicológico o físico fuerte, normalmente en forma de brotes.

Causas 

A día de hoy no se conoce la causa exacta del SFC, de hecho, es posible que exista más de una además de ser posible que dos o más desencadenantes sean los causantes de esta afección. Diversos estudios apuntan a: 

  • Infecciones: Aproximadamente 1:10 personas infectadas por el virus de Epstein-Barr, el virus del río Ross o Coxiella burnetii presentará una serie de síntomas que cumplen con los criterios de SFC. Las personas que han presentado síntomas graves con estas infecciones tienen más probabilidades de tener síntomas de SFC que aquellas que han presentado síntomas leves. No obstante, no todas las personas con EM/SFC han tenido estas infecciones. 
  • Cambios en el sistema inmune: Se plantea la posibilidad de que el SFC sea causado por un cambio en el sistema inmunitario de la persona y la forma en que este responde a la infección y al estrés. 
  • Estrés: El estrés físico o emocional afecta el eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal. Este eje es quien controla la reacción del cuerpo al estrés y regula muchos de los procesos del cuerpo, como la respuesta inmunitaria, la digestión, el uso de energía y el estado de ánimo. Los pacientes con SFC habitualmente mencionan sentir estrés físico o emocional antes de enfermarse. 
  • Cambios en la producción de energía: Los científicos han encontrado diferencias entre las personas con SFC y las sanas en cuanto a la forma en que sus células obtienen energía. Sin embargo, se necesitan más estudios para determinar algo con exactitud. 
  • Predisposición genética: El SFC en diversos casos se presenta en miembros de la misma familia. Los estudios hechos con gemelos y familias indican que tanto los genes como el ambiente podrían intervenir en el SFC, aun así, todavía no han encontrado los genes u otros factores ambientales exactos que puedan ser los responsables. 

Síntomas 

Los síntomas del síndrome de fatiga crónica son bastante impredecibles ya que pueden aparecer y desaparecer además de ir cambiando con el tiempo, no hay ninguna prueba que los confirme y esto dificulta su diagnóstico. 

Los síntomas principales del SFC incluyen: 

  • Aparición de fatiga de una duración de más de 6 meses que impide realizar con normalidad las actividades cotidianas. 
  • Dificultad para recordar hechos recientes debido a una falta de concentración. 
  • Dolor musculoesquelético generalizado, normalmente más intenso en las piernas. 

Otros síntomas frecuentes incluyen: 

  • Trastornos del sueño. Insomnio, sueño superficial no reparador y somnolencia diurna. 
  • Dolor de cabeza de tipo migrañoso. 
  • Trastornos en el estado de ánimo. 
  • Febrícula. 
  • Ganglios inflamados. 
  • Alteraciones del ritmo intestinal. 
  • Mayor sensibilidad a factores ambientales, físicos o químicos. 

Factores de riego 

Existen algunos factores de riesgo a desarrollar la enfermedad a lo largo de su vida. Entre ellos, los más frecuentes: 

Factores genéticos: Se han identificado de forma clara diferentes genes que predisponen a la fatiga crónica. Sobre todo, afecta a los genes que regulan la transmisión de mensajes entre neuronas, la respuesta inflamatoria, la respuesta hormonal (hipófisis, tiroides, suprarrenales) y la inmunitaria. 

Sexo femenino: El SFC se considera una enfermedad de género, ya que afecta entre 10 y 20 veces más a mujeres que a hombres. La base de esta predisposición se debe a que las principales hormonas femeninas, los estrógenos, provocan una sensibilización a nivel cerebral que hace que la fatiga se detecte de forma precoz.   

Patrones de conducta: Al igual que ocurre en otras enfermedades, hay una relación entre determinados patrones de conducta y la predisposición a tener síndrome de fatiga crónica. 

Ausencia de ejercicio físico: Se recomienda que las personas diagnosticadas de fatiga crónica practiquen una actividad física regular en períodos cortos, pero sin sobresfuerzos. Es básico caminar de forma regular y hacer estiramientos antes de iniciar la actividad. 

Hiperlaxitud ligamentosa: Tener más flexibilidad de lo normal en los tendones y articulaciones tiene una base genética y predispone a la enfermedad. 

Grados de afectación

El SFC no afecta de la misma manera a todos los pacientes, de hecho, a una misma persona la sintomatología le puede variar en intensidad a lo largo de su padecimiento. Por esta razón, se propone una clasificación en función de si la sintomatología va de leve a grave.

  • Grado I – Leve. La actividad del paciente se reduce a la mitad de lo que hacía con anterioridad.
  • Grado II – Moderado. Vida limitada a las tareas básicas y la actividad del paciente se reduce a una tercera parte de lo que hacía con anterioridad.
  • Grado III – Grave. Encamamiento predominante. Sin poder hacer ni una mínima actividad continuada.

Tratamiento 

El tratamiento del SFC debe ser un tratamiento multidisciplinar adecuado para cada caso y debe adaptarse continuamente a las necesidades del paciente para mejorar así el impacto de la patología y la calidad de vida del enfermo. 

Tratamiento farmacológico 

El tratamiento farmacológico debe enfocarse a los síntomas y combinarse adecuadamente de forma individualizada y bajo supervisión. En base a los síntomas, el tratamiento consistirá en: 

Dolor: Combinación de tratamiento analgésico de primera línea (paracetamol, ibuprofeno) con otras de segunda línea (tramadol, oxicodona).  

Insomnio: Uso de reguladores de sueño como la melatonina. Se recomienda evitar benzodiacepinas. 

Estado de ánimo: Es muy común el uso de antidepresivos en casos de conducta depresiva y dosis bajas de neurolépticos en casos de angustia. 

Infección: En el caso de que sea bacteriana, se debe tratar de forma rápida con antibióticos. Si es vírica, se deben tratar los síntomas. 

Tratamiento no farmacológico 

Desde iXalud siempre apostamos por el tratamiento no farmacológico ya que consideramos que siempre que sea posible evitarlo estaremos evitando con él infinidad de efectos secundarios y malas interacciones farmacodinámicas en los casos que la medicación es elevada. 

Para ello, la propuesta no farmacológica incluye: 

Ejercicio: Es común que los pacientes con SFC tengan un nivel de actividad muy bajo y esto a no tan largo plazo llega a suponer una pérdida de tono y atrofia muscular que empeorará aún más la sintomatología. Se recomienda realizar entonces ejercicio físico aeróbico adaptado a cada cosa y realizando pausas cortas para descanso. Las actividades más recomendadas son andar en períodos cortos e intermitentes de 15-20 minutos de marcha y descanso alterno y realizar una actividad suave en una piscina. 

Apoyo emocional: Lo habitual para alguien que convive con SFC es que su estado de ánimo se vea afectado negativamente. Lo más común es la depresión y ansiedad en estos casos. Por esta razón, el asesoramiento psicológico puede ser de gran ayuda para encarar todos estos sentimientos y que así la enfermedad sea algo más llevadera. 

Andulación: La terapia de andulación es un muy buen complemento para el tratamiento de diversos síntomas del SFC. Al ser un tratamiento no invasivo y no doloroso además de muy relajante puede ayudarnos a mejorar los patrones de sueño y a mejorar la respuesta ante el estrés. Gracias a su efecto estimulante sobre la circulación y el metabolismo, el abastecimiento de oxígeno y nutrientes a las células mejora notablemente, como también lo hacen la producción de ATP, esencial para la energía. Todo esto, además, provocará un alivio considerable del dolor. 

Juntos somos más fuertes.

2 comentarios

  • Laura

    25/02/2024 at 08:14

    Me gustaría tener toda la información del tratamiento de andulación.
    En qué consiste, efectos secundarios, duración del tratamiento, coste del tratamiento.

    Reply

    • iXalud

      26/02/2024 at 09:35

      Buenos días Laura,
      Nos puede llamar directamente al telefono 91 11 00 882, y estaremos encantados de darle toda la información, o bien, nos puede escribir a info@ixalud.es, facilitándonos sus datos de contacto, y un terapeuta le llamará para darle toda la información.

      Saludos.

      Reply

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