Día mundial dePatologíasDía Mundial del Ictus

27/10/20210

El 29 de octubre se celebra el día mundial del ictus con el objetivo de dar a conocer a la población la importancia de saber identificar sus síntomas para así poder mejorar su pronóstico y que su rehabilitación sea más llevadera.

¿Qué es un ictus?

El término ictus proviene del latín ‘’golpe’’ también se denomina accidente cerebrovascular (AVC) y consiste en una interrupción brusca del aporte sanguíneo en una región del cerebro que provoca una alteración en su funcionamiento, al no llegar sangre, tampoco llegan los nutrientes y oxígeno que nuestro cerebro necesita, de esta manera, se verá afectado el tejido cerebral originando una serie de síntomas que variarán dependiendo de la zona afectada.

Generalmente se produce de forma inesperada y puede evolucionar en cuestión de minutos en un síndrome neurológico importante.

El riesgo de sufrir un ictus aumenta con la edad y afecta a hombres y mujeres de igual forma.

Tipos de ictus

Los ictus o AVC se clasifican según el motivo que los causa, si se trata de una hemorragia o una disminución brusca del flujo sanguíneo.

Isquémico

Se denomina también AVC isquémico o infarto cerebral. Es el tipo más frecuente de ictus, representando aproximadamente el 85% de todos los ictus. Los ictus isquémicos se producen por un descenso del aporte de sangre al cerebro, normalmente, el taponamiento de una arteria impide el riego sanguíneo, la fase en la que la sangre deja de aportar oxígeno y glucosa a una parte del cerebro es la nombrada isquemia cerebral y si esto se prolonga en el tiempo ocurre el llamado infarto cerebral que consiste en el daño del tejido cerebral.

Cuando la falta de riego sanguíneo no ocurre durante un tiempo significativo se le denominará ataque isquémico transitorio.

Hemorrágico

Este caso es menos frecuente y se debe a la rotura de una arteria en el cerebro y puede ser intracerebral o extracerebral.

El AVC intracerebral suele estar causado por una elevada tensión en la arteria o por una malformación de la misma.

El AVC extracerebral en cambio, suele originarse tras un traumatismo craneal ya sea por un golpe en la cabeza o un aneurisma o dilatación de la arteria que libere sangre en el espacio entre cerebro y meninges, este caso puede ocasionar más daños que el AVC isquémico.

Factores de riesgo

Existen factores de riesgo que hacen que ciertas personas tengan mayor riesgo de padecer un ictus que otras, sin embargo, la mayor parte de estos factores pueden ser cambiados, tratados o modificados.

Los únicos factores que no podemos controlar son la edad y el sexo, pasados los 55 años, cada año que pasa existe un riesgo mayor de padecer un ictus, no obstante, esto no quiere decir que los jóvenes no los padezcan. Por otro lado, los hombres, se ven ligeramente más afectados por esta patología.

Hipertensión arterial

Se trata del factor de riesgo más importante para ambos tipos de ictus ya que el riesgo de ictus se incrementa potencialmente con un aumento de la presión arterial.

Colesterol

El colesterol alto supone un factor de riesgo para las enfermedades coronarias y esto se asocia directamente con un aumento en la posibilidad de sufrir un ictus.

Alcohol y tóxicos

El consumo de alcohol y tóxicos tiene un efecto sobre el riesgo de ictus hemorrágico que es uno de los mayores factores de riesgo en jóvenes que sufren la patología.

Tabaquismo

También constituye un importante factor de riesgo en ambos casos, diferentes estudios coinciden en que fumadores tienen un riesgo hasta 3 veces mayor de padecer un ictus que los no fumadores. Este riesgo también se reduce en sujetos de edad avanzada.

Obesidad

Existe una estrecha relación entre la obesidad y el riesgo de padecer un ictus y esto está directamente relacionado con el hecho de que la obesidad se ve relacionada de forma estrecha con otros factores de riesgo como la hipertensión arterial, colesterol, intolerancia a la glucosa

Diabetes

Se trata de un factor de riesgo potencial para los AVC de tipo isquémico puesto que existen una estrecha relación en la intolerancia a la glucosa con el incremento de dicho riesgo.

Sedentarismo

El ejercicio aumenta la sensibilidad a la insulina, reduce el peso y la presión arterial por lo que la falta del mismo afecta directamente a la posibilidad de padecer un ictus.

SEÑALES DE ALARMA ICTUS

Síntomas

Los síntomas del ictus variarán en función del área afectada pero no suelen cursar dolor. Habrá que sospechar estar padeciendo un ictus si se da alguno de los siguientes síntomas:

  • Pérdida de fuerza repentina en cara, brazo o pierna. Generalmente solo se verá afectado el lado izquierdo o derecho.
  • Confusión, desorientación o pérdida de conocimiento repentino.
  • Sensación de adormecimiento, acorchamiento u hormigueo en uno de los lados del cuerpo.
  • Problemas en el habla: dificultad al hablar, articular palabras o comprender algo que se está diciendo.
  • Sensación de vértigo o pérdida del equilibrio o falta de coordinación.
  • Problemas repentinos de vista.
  • Dolor de cabeza repentino o sin causa conocida.

Si el área afectada del cerebro es la izquierda, será la parte derecha del cuerpo la que se verá afectada, puede ir acompañada de pérdida de memoria y problemas en el habla al expresarse o comprender que se está diciendo.

Si el área afectada es la derecha, será la parte izquierda del cuerpo la que se verá afectada y podrá darse la situación de pérdida de memoria, visión y una actitud acelerada.

¿Qué hacer ante la sospecha de un ictus?

Ante la sospecha de estar padeciendo un ictus podemos realizar 3 sencillas pruebas que nos ayudaran a distinguirlo de otras afecciones:

  1. Asimetría facial: Sonreír o enseñar los dientes y que al hacerlo exista una asimetría entre ambos lados de la cara.
  2. Descenso de brazo: Cerrar los ojos y levantar ambos brazos durante 10’ y que no pueda sostenerse o se caiga uno de los brazos.
  3. Dificultades en el hablar: Repetir una frase de uso habitual y que se alarguen las palabras o use palabras incorrectas.

Ante cualquiera de estos resultados debemos contactar de forma ágil con urgencias. Una atención rápida podrá mejorar el pronóstico.

Tratamiento

La atención necesaria tras haber sufrido un ictus dependerá de la zona afectada y se dividirá en 3 fases:

Fase aguda: Se trata de la fase que tiene lugar justo después de producirse el ictus, en ella se debe identificar el origen del AVC para poder realizar el tratamiento indicado según su tipo y afección. En el caso de los ictus hemorrágicos, se requiere una embolización para suministrar fármacos que permitan taponar o reparar las arterias rotas. En su contra, en el caso de los ictus por isquemia habrá que destruir el trombo que corta el riego sanguíneo con fármacos trombolíticos. Una vez estable el paciente, debería iniciarse el proceso de neurorehabilitación.

Fase subaguda: En ella se lleva a cabo la rehabilitación hospitalaria con la finalidad de lograr la máxima recuperación funcional posible para cada caso.

Fase crónica: Aquí es donde se activan los recursos de servicios sociales para ayudar a cada paciente y su familia a vivir con las posibles secuelas causadas por el padecimiento del ictus.

Según la zona que haya sufrido daño, las consecuencias o secuelas variarán:

Secuelas ictus

En algunos casos, el tronco del encéfalo y el cerebelo se ven afectados causando:

  • Pérdida de consciencia
  • Dificultad para tragar
  • Dificultades para articular el lenguaje
  • Visión doble
  • Inestabilidad al caminar
  • Pérdida de coordinación
¡Cuídate! La prevención es salud.

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