Hábitos saludablesPatologías¿Cómo detectar un brote de fibromialgia?

27/07/20232

La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza por un dolor generalizado, fatiga y trastornos del sueño. Aquellos que la padecen pueden experimentar brotes, períodos en los que los síntomas empeoran significativamente. Detectar un brote de fibromialgia en su inicio puede ser crucial para tomar medidas preventivas y gestionar de forma eficaz los síntomas. En esta publicación, hablaremos de los síntomas o signos de alerta comunes de un brote de fibromialgia y las estrategias que nos pueden ayudar a detectarlo.

Primer paso: Conoce los síntomas

Para poder reconocer un brote de fibromialgia es fundamental tener claros los síntomas más comunes de la patología, estos pueden incluir:

Dolor generalizado: El dolor crónico es uno de los síntomas principales de la fibromialgia. Suele ser un dolor difuso que afecta a varias áreas del cuerpo, como los músculos, las articulaciones y los tejidos blandos. Este dolor a menudo se describe como una sensación de ardor, rigidez, punzadas o como una sensación de calambre.

Fatiga: Los pacientes pueden experimentar una sensación constante de cansancio, incluso después de dormir lo suficiente, y es posible que se sientan agotados al despertar.

Trastornos del sueño: Aquellos con fibromialgia pueden tener dificultades para conciliar el sueño o mantenerlo. También pueden despertarse con frecuencia durante la noche, lo que contribuye a una mala calidad del sueño.

Rigidez matutina: Algunas personas con fibromialgia pueden experimentar rigidez y dolor intensificado en las articulaciones y los músculos por la mañana dificultando el movimiento inicial.

Problemas cognitivos: La «fibroniebla» es un término utilizado para describir los problemas cognitivos que pueden afectar a las personas con fibromialgia. Esto incluye dificultades para concentrarse, problemas de memoria y falta de claridad mental.

Otros síntomas no tan caracteristicos que pueden aparecer en un brote incluyen la hipersensibilidad, el síndrome del intestino irritable (SII) y otros trastornos gastrointestinales, dolores de cabeza y migrañas además de otros síntomas emocionales, como ansiedad, depresión y cambios de humor.

En algunos casos, llevar un diario de síntomas puede ser útil para identificar un brote de fibromialgia. Anotar de forma regular los niveles de dolor, fatiga, calidad del sueño y cualquier otro síntoma relevante puede ayudar a identificar patrones y detectar cambios significativos.

Prestar atención a los factores desencadenantes

Existen factores desencadenantes que pueden contribuir a que se desarrollen los brotes de fibromialgia en algunas personas.

No todos los pacientes experimentan los mismos factores desencadenantes, y algunos pueden ser más sensibles que otros. Algunos de los factores desencadenantes más comunes asociados con la fibromialgia a tener en cuenta incluyen:

Estrés emocional: Situaciones estresantes, cambios emocionales intensos o traumas pueden provocar un aumento del dolor y fatiga.

Cambios climáticos: Los cambios en las condiciones climáticas afectan a muchos pacientes, especialmente los cambios bruscos de temperatura y humedad, pueden desencadenar o empeorar sus síntomas.

Actividad física excesiva: El ejercicio es importante para el manejo de la fibromialgia, pero el exceso de actividad física o realizar ejercicios de alta intensidad puede desencadenar brotes de dolor y fatiga.

Lesiones o traumatismos: Un traumatismo, como un accidente automovilístico, una caída o una lesión deportiva, puede desencadenar síntomas de fibromialgia.

Alteraciones del sueño: La falta de sueño reparador o los trastornos del sueño, como el insomnio, pueden agravar los síntomas de la fibromialgia y contribuir a la aparición de brotes.

Infecciones: Algunas personas experimentan brotes de fibromialgia después de una infección viral o bacteriana.

Cambios hormonales: Los cambios hormonales, como los asociados con la menstruación, el embarazo o la menopausia, pueden afectar los síntomas de la fibromialgia en mujeres.

Exposición a sustancias tóxicas: Algunas personas con fibromialgia pueden ser más sensibles a ciertas sustancias químicas o toxinas ambientales.

Factores alimenticios: Algunas personas se ven afectadas por ciertos alimentos, como los procesados, edulcorantes artificiales o los alimentos altos en grasas saturadas, pueden empeorar sus síntomas.

Es importante tener en cuenta que los factores desencadenantes pueden interactuar entre sí y no siempre es fácil identificar qué desencadena un brote específico de fibromialgia. Ser consciente de estos desencadenantes y llevar un registro de ellos puede ayudar a identificar la aparición de un brote.

Consultar con el médico y autoevaluarse

El médico es esencial en el diagnóstico y manejo de la fibromialgia. Si sospechas que estás experimentando un brote, es importante programar una cita médica para comentar los síntomas y recibir una orientación adecuada. El médico puede realizar un examen físico, revisar tu historial médico y ajustar el plan de tratamiento según corresponda.

Por otro lado, existen diversas herramientas de autoevaluación disponibles que pueden ayudar a medir la gravedad de los síntomas de la fibromialgia y detectar cambios significativos. Algunas de estas herramientas incluyen el  Cuestionario de Impacto de Fibromialgia (FIQR).

Andulación como tratamiento a la sospecha de un brote

La andulación es una terapia no invasiva que combina vibración mecánica y calor por infrarrojos para estimular el cuerpo y mejorar el bienestar general. Aunque la andulación no cura la fibromialgia, puede ser una opción de tratamiento complementaria que ayuda a reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida de aquellos que la padecen. Algunos de los beneficios de la andulación en el tratamiento de la fibromialgia incluyen el alivio del dolor y la relajación muscular gracias a que se promueve la liberación de endorfinas y mejorar la circulación sanguínea, lo que contribuye a aliviar las molestias musculares y articulares además de reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño.

Detecta los signos desencadenantes y ponles freno.

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