Hábitos saludablesPatologías¿Cómo afecta el calor al dolor crónico?

17/07/20230

Cuando llega el verano y las temperaturas suben, quienes sufren dolor crónico, pueden ver sus síntomas agravados. El calor puede tener un impacto significativo en el bienestar físico y emocional, empeorando los síntomas y dificultando aún más la calidad de vida de aquellos que viven con dolor. En esta publicación, averiguaremos cómo afecta el calor a quienes padecen dolor crónico e indicaremos algunos consejos útiles para sobrellevar esta difícil situación. 

¿Qué es el dolor crónico? 

Existen dos tipos de dolor, el agudo y el crónico, el primero es aquel que le permite a nuestro cuerpo saber que algo no funciona correctamente o está dañado, por esta razón, desaparece una vez la condición que causa la alarma mejora. Por otro lado, el dolor crónico es aquel que no mejora con el tiempo y que en la mayoría de los casos interfiere en la calidad de vida del paciente llegando incluso a verse directamente relacionado con otros trastornos emocionales o mentales. 

Generalmente, se considera dolor crónico aquel que supera los 6 meses y puede presentarse en cualquier parte del cuerpo y suele ser descrito como un dolor intenso, rigidez, dolor punzante, opresión… Las causas del dolor crónico pueden ser diversas incluyendo lesiones previas, enfermedades crónicas como la artritis, fibromialgia, migrañas, neuropatías, enfermedades autoinmunes…  

Impacto del calor en el dolor crónico 

El dolor crónico afecta a millones de personas en todo el mundo y puede llegar a ser es una condición debilitante. Quienes sufren dolor crónico padecen una variedad de síntomas que pueden incluir dolores musculares, articulares y neuropáticos y estos síntomas pueden empeorar en respuesta a diferentes factores desencadenantes, siendo el calor uno de ellos. 

Cuando el cuerpo se expone a altas temperaturas, ocurren una serie de cambios fisiológicos. El calor dilata los vasos sanguíneos y aumenta el flujo sanguíneo hacia la piel para ayudar a regular la temperatura corporal, estos efectos suelen ser positivos para aquellos que padecen alguna dolencia, no obstante, cuando se trata de calor por condiciones climáticas el aumento de temperatura suele estar acompañado de un aumento en la humedad y esta es la condición que influye negativamente en los tejidos del interior de las articulaciones, llegando a provocar dolor. 

Además, cuando las temperaturas son elevadas es más común que podamos sufrir dolor de cabeza, cansancio y cierta apatía. Además, somos más propensos a la deshidratación y esto empeoraría todavía más los síntomas. 

Consejos para sobrellevar el dolor crónico y el calor 

Mantén una hidratación adecuada: Beber suficiente agua es fundamental para mantener el cuerpo fresco y evitar la deshidratación. Además, una buena hidratación puede ayudar a aliviar algunos síntomas del dolor crónico al mejorar la circulación sanguínea y mantener los tejidos en condiciones óptimas. 

Busca lugares frescos: Cuando las temperaturas son altas, es importante buscar lugares frescos para pasar el tiempo. Permanecer en interiores con aire acondicionado o buscar áreas sombreadas al aire libre puede ayudar a reducir el impacto del calor en el dolor crónico. 

Usar ropa adecuada: Elige ropa ligera y transpirable, preferiblemente de colores claros. Esto ayuda a mantener tu cuerpo fresco y evita el aumento de calor en la piel. 

Aplicar compresas frías: Si sufres un aumento o agravamiento de los síntomas debido al calor, puedes aliviarlos aplicando compresas frías en las áreas afectadas. Las compresas frías ayudan a reducir la inflamación y proporcionan un alivio temporal. 

Planifica tus actividades: Intenta evitar realizar actividades intensas durante las horas de más calor. Es mejor planificar tus tareas y salidas para las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde, cuando las temperaturas son más suaves. 

Tratamiento del dolor crónico en verano 

En caso de que los síntomas se vean agravados por el aumento de las temperaturas, será necesario poder abordarlo con el doctor por si precisa realizar algunos ajustes en el tratamiento habitual o necesita adaptarse de una forma individualizada. Además, os proponemos algunas estrategias que pueden ayudar a aliviar el dolor crónico durante esta temporada: 

Moderar la actividad física: Durante los días más calurosos, mejor evitar realizar actividades físicas que puedan aumentar el dolor. Mejor optar por ejercicios de bajo impacto y considerar realizarlos en horas del día cuando las temperaturas sean más frescas. 

Practicar técnicas de relajación: El estrés y la tensión emocional pueden aumentar la percepción del dolor. Aprender técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación o el yoga, puede ayudar a reducir el estrés y mejorar el manejo del dolor crónico. 

Invertir tiempo en nosotros: Que mejor excusa que las vacaciones de verano para desconectar unos días, relajarnos y porqué no, también dedicarle un tiempo a nuestra salud. Planear actividades que rompan nuestra rutina y nos permitan estar con los nuestros, aprovechar nuestro tiempo libre en ir a un balneario, darnos un buen masaje o realizar alguna terapia complementaria son algunas de las opciones. También hay opciones como la andulación o la presoterapia que serán excelentes aliadas también en cuestiones de drenaje, algo esencial con las altas temperaturas ya que nuestro cuerpo tiende a retener mas y la sensación de fatiga también aumenta.

¡Que el calor no te pille desprevenido!

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