AndulaciónPatologíasDolor lumbar: Espondilitis anquilosante

03/06/20221

El dolor lumbar es aquel que afecta a la parte baja de la espalda, existen diversas patologías que afectan a esta zona, entre ellas, la espondilitis anquilosante. Se trata de una forma crónica de artritis que afecta a aproximadamente 500.000 personas en toda España. Esta patología habitualmente afecta a las vértebras lumbares en su unión con la pelvis, éstas se inflaman y con el paso de los años pueden llegar a fusionarse causando una limitación del movimiento. 

Columna vertebral

La columna vertebral se extiende desde la base del cráneo hasta la pelvis y está compuesta por un total de 33 huesos a los que denominamos vértebras y clasificamos en 3 regiones, la columna o tramo cervical, la dorsal o torácica y la columna o tramo lumbar. Las vértebras van aumentando de tamaño progresivamente siendo las cervicales las más pequeñas y las lumbares las más grandes. El motivo de esto, es distribuir adecuadamente la carga de peso que soporta. También está dotada de unas curvaturas naturales llamadas cifosis cervical y lordosis lumbar que proveen de elasticidad y resistencia frente a las cargas y peso corporal durante el movimiento.

Existen 7 vértebras cervicales, 12 vértebras dorsales o torácicas, 5 vértebras lumbares, 5 vértebras fusionadas llamadas sacro y 3 últimas vértebras muy pequeñas que constituyen el coxis.

Las funciones esenciales de la columna vertebral consisten en:

  • Proteger la médula espinal, raíces nerviosas y ciertos órganos.
  • Base para la sujección de ligamentos, tendones y músculos.
  • Apoyo estructural de cabeza, hombros y pecho.
  • Equilibrio y distribución del peso.
  • Flexibilidad y movilidad.
Columna vertebral

¿Qué es la espondilitis anquilosante? 

La espondilitis anquilosante es un tipo de artritis de tipo inflamatoria, sistémica y crónica que afecta a ciertas partes de la columna vertebral. Con el tiempo, esta inflamación en las articulaciones y los tejidos de la columna puede causar rigidez y en los casos más graves, esto puede hacer que los huesos de la columna acaben uniéndose, lo que puede ocasionar una columna rígida y con limitación funcional. 

Esta patología afecta más a menudo a hombres que a mujeres. Los signos y síntomas generalmente comienzan en la edad adulta temprana, entre 20 y 30 años. Muchas personas con espondilitis anquilosante tienen episodios leves de rigidez y dolores de espalda esporádicos, en otros casos, la rigidez y los dolores de espalda son severos y continuos. También pueden presentarse otros síntomas si la enfermedad afecta otras áreas del cuerpo. 

Causas

A día de hoy no se conoce la causa que produce esta enfermedad, pero poco a poco, las investigaciones avanzan al conocimiento de mecanismos que desencadenan el proceso y los posibles responsables. Sin embargo, diversos estudios muestran que tanto los genes como elementos en nuestro entorno pueden ser la causa de esta enfermedad. 

Aproximadamente un 90% de las personas con espondilitis anquilosante tienen un resultado positivo para el gen HLA-B27 que por lo visto tiende a desencadenar una respuesta anormal a la acción de determinados gérmenes.  

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Síntomas 

Se trata de una patología de tipo inflamatoria que afecta sobre todo a las articulaciones de la columna vertebral. Puede presentar diversos síntomas entre los cuáles, los más frecuentes son el dolor y la rigidez en la parte baja de la espalda o cadera. Con el tiempo, los síntomas también pueden aparecer en otras áreas de la columna vertebral.  

Lo primero que nota alguien que padece espondilitis anquilosante suele ser un dolor lumbar con una sintomatología similar a la de la ciática producida por una inflamación articular en la sacroilíaca. 

El dolor se manifiesta en brotes y a menudo, el dolor empeora durante los períodos de descanso o inactividad. Por lo general, moverse y hacer ejercicio pueden ayudar a mejorar el dolor. 

Suele ir además acompañado de rigidez matutina, intensa y duradera. 

Otros síntomas pueden incluir: 
  • Dolor, rigidez e inflamación en otras articulaciones. 
  • Dificultad para respirar profundamente si las articulaciones que conectan las costillas están afectadas. 
  • Cambios en la visión y dolor en los ojos. 
  • Cansancio extremo. 
  • Pérdida del apetito y de peso. 
  • Erupciones cutáneas. 
  • Dolor abdominal y heces blandas.  
ESPONDILITIS ANQUILOSANTE

Evolución y signos de alerta 

Se trata de una enfermedad crónica que evoluciona en forma de brotes o ataques inflamatorios en las articulaciones de la columna vertebral. Entre brotes, por lo general, el paciente se queda sin síntomas de dolor y mantiene una actividad cotidiana normal. Existen algunos signos de alerta que nos pueden llevar a pensar en las fases iniciales que estamos antes un caso de espondilitis anquilosante entre los cuales encontramos: 

  • Hombre joven 
  • Dolor en lumbar baja nocturno 
  • Dificultad para dormir y necesidad para levantarse de la cama 
  • Mejoría del dolor con el movimiento 
  • Rigidez matutina intensa 
  • Dolor en talones, tobillos, rodillas u hombros 
  • Psoriasis 
  • Dolor abdominal o diarreas 
  • Dolor ocular, pérdida de agudeza visual 
  • Antecedentes de espalda 

Tratamiento

En la actualidad, no se conoce ningún tratamiento capaz de curar esta patologia de forma definitiva. Sin embargo, existen una serie de medicamentos eficaces y técnicas de rehabilitación que pueden emplearse para aliviar el dolor y permiten una buena movilidad, con objeto de mejorar la calidad de vida.
Los medicamentos antiinflamatorios (AINE) consiguen disminuir e incluso eliminar la inflamación articular, aliviando de esta forma
el dolor y permitiendo un adecuado descanso. No obstante, no debemos olvidar que todos los fármacos tienen efectos secundarios.

La otra forma común de tratamiento es optar por la rehabilitación, que habitualmente debe ser permanente, cada vez que aparecen los brotes.
El terapeuta suele pautar ejercicios físicos y ejercicios respiratorios orientados a fortalecer la espalda para así evitar la rigidez y la
pérdida de movilidad de la columna vertebral.

La práctica deportiva que permita la extensión de la espalda, y que mantenga la movilidad de los hombros y caderas, es muy recomendable.

En algunos casos más severos o cronificados, es común que el especialista pueda sugerir la aplicación de algún tratamiento inyectable o incluso cirugía.

Andulación y espondilitis anquilosante

La terapia de además de ser un método de tratamiento muy eficaz en los casos de lumbalgia, es también un tratamiento indoloro, no invasivo y no farmacológico por lo que será un buen recurso en cualquiera de los casos o fases en la que se encuentre.

La terapia actúa mediante la estimulación de la circulación en la región lumbar facilitando a liberar las tensiones y la presión de los cuerpos vertebrales. Esto hace que exista un alivio claro e inmediato de las molestias. El efecto térmico que generan los infrarrojos además ayudarán a controlar la inflamación y mantener la musculatura descontracturada.

Cuida tu espalda, mejora tu salud.

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