La artrosis de cadera es uno de los tipos de artrosis más común, se trata de una enfermedad crónica y degenerativa que va evolucionando lentamente con el paso de los años y que puede llegar a ser muy incapacitante. Generalmente afecta entre un 2-4% de la población y suele darse a causa de una lesión o enfermedad previa.
¿Qué es la artrosis de cadera?
La artrosis de cadera es una enfermedad degenerativa que afecta a la articulación, concretamente consiste en el desgaste del cartílago que recubre las terminaciones óseas de los huesos de la pelvis y del fémur.
El cartílago es el encargado de facilitar los movimientos sin fricción entre ambos huesos de la articulación evitando que rocen entre ellos. Cuando el cartílago se va deteriorando ya sea por disminución de su grosor y textura o en casos más severos su desaparición, la articulación pierde el correcto engranaje entre el fémur y la pierna causando rigidez articular y pérdida del movimiento de la articulación.
Algunos estudios señalan que alrededor del 10% de los adultos presentan artrosis moderada o grave, aumentando la incidencia con la edad. Se ha señalado que después de los 35 años el 50% de las personas presentan al menos una localización artrósica. Hasta los 55 años la artrosis es ligeramente más frecuente en los hombres, y es a partir de esta edad más prevalente entre las mujeres.
¿Qué causa la artrosis de cadera?
No existe una causa concreta o única que origine la artrosis de cadera, por este motivo, se engloban en 4 tipos de origen o categorías:
Factores traumatológicos: Debido a lesiones o enfermedades mal curadas.
Factores vasculares: Estas causas pueden dar lugar a luxaciones y otros daños que pueden acabar desencadenando una artrosis.
Factores congénitos: Causado por un trastorno en el desarrollo del feto.
Desequilibrios: Ocasionado por una asimetría o desigualdad en la longitud de las extremidades inferiores.
Existen también otros factores de riesgo que pueden colaborar en la aparición del desgaste articular:
Edad: es el factor de riesgo más relacionado con la artrosis de cadera, probablemente a los cambios que se producen en la función y en la estructura del cartílago.
Sexo: la artrosis en general suele ser más frecuente en la población femenina; sin embargo, la artrosis de cadera es algo más frecuente en hombres.
Raza: en la raza blanca (caucasiana) es más frecuente la artrosis de cadera.
Obesidad: es un factor de riesgo para la artrosis de cadera, aunque en menor intensidad que en la artrosis de rodilla.
Otros: actividades deportivas intensas, determinados trabajos y cargas de pesos…
Síntomas de la artrosis de cadera
La sintomatología como en el resto de artrosis se inicia con un dolor localizado en la zona afectada, en el caso de la artrosis de cadera, es un dolor localizado en la zona de la ingle que en algunas ocasiones se extiende por la cara anterior del muslo hasta llegar en algunas ocasiones hasta la rodilla y en algunos casos nalga.
Este dolor, en muchas ocasiones suele ir acompañado de cierta rigidez sobretodo matutina y limitación en la movilidad articular que puede llegar a dar problemas al caminar.
Tratamiento
Actualmente no existe un tratamiento para curar la artrosis, por este motivo, el tratamiento para la artrosis de cadera estará enfocado a aliviar los síntomas o retrasar su evolución para así mejorar la calidad de vida y para ello existen diversos tipos de abordaje.
Corrección de factores de riesgo: Evitar el sobreuso o mal uso de la articulación, evitar la obesidad y corregir cualquier descompensación en las extremidades inferiores.
Ejercicio físico: Realizar un mínimo de actividad física nos ayudará a mantener la funcionalidad articular y fortalecer la musculatura que la rodea.
Utilizar apoyos: El uso de bastón será de gran ayuda para evitar una compensación por parte de la cadera buena y evitar una sobrecarga de peso en la mala. Suele ser de gran alivio su uso.
Otras medidas y consejos: Será conveniente utilizar utensilios que nos eviten agacharnos o flexionar de más la cadera. A su vez, para levantarse de una silla, será conveniente echar el tronco hacía adelante, apoyar las manos en el asiento o brazos de la silla si los tiene y erguirse usando las rodillas.
Tratamiento farmacológico: mediante analgésicos y antiinflamatorios de acción rápida y otros fármacos de acción lenta para no solo disminuir el dolor sino también conservar el cartílago y retrasar la patología.
Cirugía: Consiste en el reemplazo de la articulación por una prótesis metálica.
Andulación: Este tratamiento no invasivo supone una mejora significativa de la sintomatología y ayuda en la prevención de la destrucción del cartílago. Gracias a una intensa activación de la circulación, facilitamos la relajación de la musculatura eliminando parte de la carga de la articulación afectada y hace que el dolor disminuya notablemente, a su vez, estimula al metabolismo en profundidad dotando al organismo de un mayor aporte de nutrientes y oxígeno necesarios para que la artrosis, en este caso de cadera, avance.