AndulaciónDeporteHábitos saludablesDolor crónico y ejercicio físico

08/08/20220

Hasta hace relativamente poco a los pacientes con dolor crónico se les decía que hicieran reposo. Sin embargo, actualmente se aconseja que se mantengan activos, ya que esto puede influir directamente sobre el dolor o ayudar a combatir los otros problemas asociados. Por esta razón, numerosos estudios de investigación han intentado valorar el efecto de la actividad física en los pacientes con dolor crónico.

¿Qué efectos produce el ejercicio en los pacientes con dolor crónico? 

El dolor crónico supone en la mayoría de los casos una incapacidad física que no siempre es incompatible con el ejercicio. En estos casos, el ejercicio físico es una alternativa no farmacológica indicada para prevenir el empeoramiento de la sintomatología y los efectos que esta tiene sobre su calidad de vida. Se han realizado estudios que demuestran que tanto la capacidad aeróbica como la fuerza muscular pueden mejorarse mediante la actividad física sin riesgos para el paciente y que el hecho de aumentar dichas cualidades ayuda al paciente a percibir el dolor y la fatiga de una forma más llevadera a la hora de realizar las actividades del día a día. 

La práctica adecuada de ejercicio puede reducir el dolor de muchas formas:

Cerebro: Liberando analgésicos naturales a través de su espina dorsal y cerebro para detener las señales de dolor. Estos analgésicos son positivos ya que al ser segregados por nuestro propio organismo no tienen riesgos ni efectos secundarios.

Musculo: Ejercitar los músculos libera químicos que bloquean señales de dolor y evitan que sean enviadas al cerebro.

Sistema Inmune: Células inmunes liberan químicos naturales que bloquean las señales de dolor y ayudan a sanar el tejido lastimado.

  • El ejercicio aeróbico resulta efectivo para mejorar el estado de los puntos sensibles al dolor y el bienestar general. También tiene efectos positivos en el estrés, la ansiedad y alteraciones del sueño. 
  • Los ejercicios de fuerza producen aumentos de la fuerza máxima, la fuerza explosiva y la capacidad funcional, al igual que disminuye el impacto de la enfermedad en el sistema neuromuscular. 
  • Los estiramientos consiguen aliviar la sintomatología y evita riesgos de empeoramiento. 
  • Los ejercicios realizados en medio acuático mejoran los síntomas de dolor, fatiga y rigidez. 

¿Qué tipo de ejercicio puedo realizar?

Las actividades propuestas siempre serán de intensidad leve a moderada y para cumplir con un programa equilibrado, se deberán incluir:

  • Ejercicio aeróbico de bajo impacto. Caminar, nadar, bicicleta o gimnasia aeróbica en el agua serán las opciones más útiles para las personas que tienen dolor crónico, ya que aumenta la fuerza y la resistencia generales. 
  • Ejercicios de estiramiento, que pueden ayudar a relajar los músculos tensos y a aliviar los espasmos. 
  • Ejercicios de fortalecimiento para tener músculos más fuertes y así aumentar el umbral de tolerancia a determinadas actividades.

¿Qué otros beneficios tendrá el ejercicio?

Las actividades adecuadas en intensidad de leve a moderada y cumpliendo con un programa equilibrado tendrán numerosos beneficios entre los cuales se incluyen:

  • Fatiga (sintiéndose muy cansado)
  • Energía
  • Fuerza
  • Salud mental
  • Función física
  • Depresión
  • Ansiedad
  • Sueño
  • Peso corporal
  • Presión arterial
  • Niveles de la glucosa en la sangre
  • Calidad de vida

Además, el ejercicio también puede ser beneficioso en lo que refiere a hacer las actividades de las que uno disfruta como pasar tiempo con la familia y amistades, o practicar deportes de forma lúdica.

Consejos para realizar los ejercicios

La clave a la hora de realizar regularmente actividad física en pacientes que sufren dolor crónico es establecer unos hábitos saludables que podamos mantener a largo plazo contando los días en los que podemos estar peor.

En términos generales, siempre el inicio será lento. Nunca pasaremos de 0 a 100, sino lo que conseguiremos es fatigarnos y perder los ánimos muy pronto. Es muy común que se parta de un estilo de vida sedentario o de muy poca actividad física diaria debido a la sintomatología. Empezar con una actividad física intensa podrá empeorar los síntomas o provocarnos sensaciones nada agradables como las agujetas.

Se recomendará siempre estirar antes y después de realizar la actividad, aunque consista en simplemente dar un paseo ya que esto nos ayudará a calentar y estirar la musculatura antes y después de que realice un esfuerzo para prevenir lesiones. La tensión del estiramiento debe ser suave y la ejecución lenta.

Llevar un registro del ejercicio del ejercicio realizado a diario no solo nos ayudará a ajustarnos a nuestras necesidades, sino también a motivarnos viendo los progresos. Podemos incluir qué ejercicio se ha realizado, durante cuánto tiempo, cuánto esfuerzo cree que ha hecho y cómo se ha sentido durante y después del ejercicio.

Y finalmente, lo más importante de todo, mantener los hábitos ganados. Es posible que en alguna ocasión el dolor nos desmotive pero será muy importante, regular la actividad a la intensidad que podamos realizar en esa ocasión pero no dejar de hacerlo.

Señales de alerta durante el ejercicio

El dolor con el ejercicio es normal. Es posible tener dolor muscular al empezar la rutina de ejercicio. Puede que el dolor empeore durante su práctica. Esto no es una señal de aviso de que está causando más daño. Esta dolencia no hará que su condición de dolor crónico empeore, la práctica de ejercicio regular hará que poco a poco la dolencia mejore y podrá hacer más actividades ..

Si el dolor impide terminar una rutina de ejercicio, bajaremos la intensidad.

Si el dolor empeora durante más de 2 horas una vez finalizado el ejercicio, baje la intensidad o la duración del ejercicio en la próxima sesión.

Acudiremos al especialista si durante o después del ejercicio nos encontramos con:

  • Nausea y vomito
  • Dificultad para recuperar la respiración
  • Dolor de pecho
  • Sensación de mareo o siente que se va a desmayar
  • Un nuevo dolor

Andulación como complemento

Existen tratamientos como la Andulación dirigidos a mejorar la sintomatología de aquellas patologías crónicas que afectan al aparato musculoesquelético. Gracias a su efecto estimulante sobre la circulación y el metabolismo, el organismo recibe el oxígeno y nutrientes necesario permitiendo que la musculatura se descontracture y mejore la limitación articular. Además de esto, su efecto sobre el sistema linfático facilitará la eliminación de los residuos metabólicos y otras substancias tóxicas o nocivas del organismo aumentando la sensación de bienestar y disminuyendo el dolor.

Por otro lado, la Andulación es un muy buen aliado de la práctica deportiva ya que su uso antes y después de realizar la actividad ayudarán a preparar la musculatura no solo para mejorar nuestro rendimiento sino también con el fin de prevenir determinadas lesiones asociadas al ejercicio y a recuperarnos tras el esfuerzo realizado.

Ejercítate, mejora tu salud.

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