AndulaciónDía mundial dePatologíasDiferencias entre fibromialgia y SFC

12/05/20230

Aprovechamos el Día Mundial de la Fibromialgia y el Síndrome de la fatiga crónica para explicar sus diferencias. Se trata de 2 patologías que desgraciadamente mucha gente desconoce y que tienen algunos síntomas en común. Desde iXalud aprovechamos la ocasión para dar apoyo y visibilizar a todos aquellos que las padecen. 

¿Qué es la fibromialgia?

La fibromialgia es una enfermedad crónica que genera un dolor musculoesquelético generalizado con unos estímulos dolorosos por debajo del umbral que suele causarlos, es decir, se perciben como dolorosos estímulos que no deberían serlo. Esta enfermedad reumatológica afecta entre un 2-4% de la población en general, de la que alrededor de un 85% son mujeres entre 25 y 50 años. 

El dolor suele ser más intenso en las áreas musculares y no solo se muestra hipersensibilidad ante un contacto físico, sino que también puede generarlo un cambio brusco en la temperatura. También se relaciona la fibromialgia con otros trastornos tales como la fatiga o cansancio generalizado, dolor articular acompañado de rigidez matutina, trastornos en el sueño y afectación emocional, estrés, ansiedad o decaimiento.

¿Qué es el síndrome de fatiga crónica?

El síndrome de fatiga crónica es una patología grave y de larga duración que afecta a muchos sistemas del cuerpo. Es muy común que esta afección dificulte el realizar actividades normales incluso a veces es posible que ni siquiera pueda salir de la cama.

Puede afectar a cualquier persona siendo las más vulnerables mujeres adultas entre 40 y 60 años. Además, el síndrome de fatiga crónica puede ser impredecible ya que sus síntomas pueden aparecer y desaparecer o incluso pueden cambiar con el tiempo.

El síndrome de fatiga crónica tiene una duración mínima de unos 6 meses aproximadamente y entre sus síntomas habituales destacan la dificultad de memorizar o recordar las cosas, sensación de vértigo o mareo y un sueño nada reparador. Un 1% de la población mundial se ve afectado por esta condición de la cual en un 85% de los casos son mujeres las que lo padecen.

Fibromialgia y Síndrome de fatiga crónica

Lamentablemente, nos encontramos ante unas patologías en la que muchos se muestran escépticos, y en la mayoría de los casos, aquellos pacientes diagnosticados de fibromialgia suelen verse también afectados por el síndrome de fatiga crónica.

Todos aquellos casos que desgraciadamente se ven afectados por ambas patologías son casos extremadamente delicados ya que su predisposición al sedentarismo se verá aumentada y aunque el hecho de realizar determinadas actividades físicas de forma moderada pueden ayudar a mejorar su calidad de vida, el hecho de pasar por episodios de fatiga crónica harán que esta fatiga empeore al realizar la actividad física o mental.

En ocasiones, la fatiga crónica y fibromialgia se confunden con facilidad. Una de las diferencias más notables entre ambas es que en la fibromialgia suele predominar más con síntomas relacionados con el dolor muscular y en la fatiga crónica en cambio, es más predominante el cansancio.

Características de la fatiga crónica:
  • Empeora con al realizar ejercicio
  • En algunos casos puede cursar con fiebre
  • Se produce agotamiento incluso al hablar
  • La sensación de fatiga persiste
  • Suelen aparecer los primeros síntomas entre 29 y 35 años.
  • Mayor incidencia en mujeres (3 mujeres por cada 1 hombre)
  • Aparición brusca de la enfermedad en un 80% de los casos
  • Agotamiento extremo de la extremidad inferior.
  • Hipersensibilidad a medicaciones, a determinados ruidos y dosis mínimas de alcohol.
Características de la fibromialgia:
  • Mayor incidencia entre los 44-55 años
  • La fatiga no es extrema necesariamente
  • No se produce agotamiento al hablar
  • La sensación de fatiga mejora con el descanso
  • No hay fiebre
  • La enfermedad mejora al realizar ejercicio
  • Afecta en mayor proporción a las mujeres (10 mujeres por cada 1 hombre)
  • Sensación de fatiga generalizada
  • Puede presentar dolor también en las articulaciones

Prevención

En el caso de la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica la prevención se verá limitada a reducir o evitar la gravedad de los síntomas. Algunas medidas a tener en cuenta:

  • Será importante una detección precoz de la patología para adecuar correctamente el tratamiento a las dolencias.
  • Imprescindible tratar también los trastornos en el ánimo.
  • Necesario establecer una rutina de sueño que permita mantener controlados los episodios de insomnio.
  • Tratar o controlar las situaciones de estrés.
  • Control de ritmo y manejo adecuado de las cargas físicas y /o mentales.

Tratamiento

A día de hoy no existe un tratamiento o cura para estas afecciones, por esta razón, el tratamiento se planteará tratando los síntomas que padezca el paciente en cada caso con el objetivo de controlar el dolor y así tratar de mejorar la calidad de vida de quien los padece. En la mayoría de los casos, el tratamiento pues será una combinación de fármacos, un cambio a unos hábitos más saludables y algunas terapias.

Además del dolor, la fibromialgia puede ir acompañada de otros síntomas como cansancio, trastornos del sueño, ansiedad o depresión. Una vez realizado el diagnóstico, el tratamiento puede incluir o combinar medidas como:

  • Tratamiento farmacológico
  • Fisioterapia
  • Técnicas de relajación
  • Apoyo psicológico

Por otro lado, el síndrome de fatiga crónica también es un trastorno complejo y necesitará un tratamiento multidisciplinar que en la mayoría de casos consiste en la combinación de terapia basada en el ejercicio físico, tratamiento cognitivo-conductual y diferentes alternativas farmacológicas según el caso

Otras opciones que pueden resultar beneficiosas en ambos casos incluyen:

Disminución del estrés. Tratar de relajarse y controlar la ansiedad ayudan a. mejorar los síntomas de la fibromialgia. Las técnicas de relajación y ejercicios de control respiratorio pueden ayudar.

Dormir bien. Establecer una rutina de sueño es muy favorecedor para adaptar al organismo y exprimir al máximo las horas de sueño.

Actividad física. Realizar un mínimo de actividad física diaria tiene efectos positivos, aunque en primera instancia puedan resultar costosos. Caminar, nadar o ir en bicicleta son buenas opciones.

Dieta equilibrada. Mantener un peso adecuado ayudará a disminuir el dolor, la ansiedad y reducir el riesgo de sufrir patologías asociadas.

Andulación. ayudará a estimular el sistema circulatorio y linfático mejorando la sensación de fatiga y cansancio, aliviando el dolor y relajando los tejidos y el sistema nervioso.

Visibilizar y apoyar a estas enfermedades »invisibles» es el primer paso.

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