Hoy, celebramos el Día Mundial del Parkinson, una fecha para concienciar sobre esta enfermedad neurodegenerativa que afecta a millones de personas en todo el mundo. Debido al impacto significativo que el Parkinson puede tener en la calidad de vida, en esta publicación, les ofrecemos información útil y todo nuestro apoyo a quienes conviven con ella.
¿Qué es el Parkinson?
El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta al sistema nervioso de forma crónica y progresiva llegando a ser invalidante. A día de hoy afecta alrededor de 160.000 personas en España y a más de 7 millones de personas en todo el mundo.
Esta patología se caracteriza por la pérdida o degeneración de neuronas de la sustancia negra, es decir, una estructura situada en la parte media del cerebro, afecta principalmente a las neuronas productoras de dopamina, un neurotransmisor vital que juega un papel fundamental en el control del movimiento, la motivación y el estado de ánimo. La pérdida de estas neuronas conduce a una disminución de la dopamina, lo que se traduce en los síntomas característicos de la enfermedad. Se trata de una enfermedad poco común en menores de 40 años puesto que se suelen ver afectadas entre el 70-80% de las neuronas productoras de dopamina.

Síntomas
Los síntomas del Parkinson pueden variar significativamente entre cada persona que padece la enfermedad, los más comunes son los síntomas motores que incluyen:
- Temblor: Sacudidas rítmicas, generalmente en reposo, que suelen comenzar en una extremidad.
- Rigidez: Aumento del tono muscular que dificulta el movimiento y puede causar dolor.
- Bradicinesia: Lentitud en los movimientos, lo que dificulta la realización de tareas cotidianas.
- Inestabilidad postural: Problemas de equilibrio y coordinación, aumentando el riesgo de caídas.
Además también pueden manifestarse con síntomas no motores como la fatiga, trastornos del sueño, trastornos mentales como la depresión, estrés y ansiedad, problemas de memoria o falta de concentración, pérdida del olfato (anosmia)…
Aunque la causa exacta del Parkinson aún no se conoce completamente, se cree que una combinación de factores genéticos y ambientales juega un papel importante en su desarrollo. La edad es también un factor de riesgo significativo, siendo más común en personas mayores de 60 años.
La mayoría de los síntomas comienzan lentamente, a menudo, en un lado del cuerpo. Y con el progreso de la enfermedad acaban afectando de forma bilateral y a medida que los síntomas se van complicando, las personas con la enfermedad pueden tener dificultades para caminar o hacer labores simples.
Diagnóstico
El diagnóstico del Parkinson está basado en la clínica de la propia patología y una exploración neurológica puesto que en la actualidad no se dispone de ningún marcador bioquímico que indique la presencia de dicha enfermedad. Para diagnosticar el Parkinson debe existir la presencia de bradicinesia y al menos otro más de los síntomas más comunes de la enfermedad.
Además de esto, es posible que el especialista solicite alguna prueba de diagnóstico por imagen para acabar de contrastar y corroborar la sospecha.
La progresión de la enfermedad, el deterioro cognitivo, el tratamiento farmacológico y tratamiento quirúrgico exigen que el diagnóstico sea un proceso continuado. Solo así se consigue mejorar al máximo la calidad de vida y superar los síntomas de la enfermedad.
Consejos para la prevención y el alivio de algunos Síntomas
Aunque a día de hoy no existe una cura para el Parkinson, existen algunas recomendaciones que pueden ayudar a prevenir o ralentizar su progresión y aliviar los síntomas:
- Ejercicio regular: La actividad física, especialmente el ejercicio aeróbico, puede mejorar la movilidad, el equilibrio y la función cognitiva.
- Dieta saludable: Una alimentación equilibrada rica en antioxidantes, fibra y ácidos grasos omega-3 puede ser beneficiosa para la salud cerebral en general.
- Estimulación mental: Mantener la mente activa con actividades como leer, aprender nuevas habilidades o algunos juegos mentales pueden ayudar a mantener la función cognitiva.
- Fisioterapia: Un programa de ejercicios personalizado se puede plantear para mejorar la fuerza, la flexibilidad, el equilibrio y la coordinación.
- Terapias complementarias: Técnicas de relajación, la terapia ocupacional, logopedia, musicoterapia, la andulación y la presoterapia, pueden ofrecer alivio significativo de algunos síntomas.
Tratamiento
Puesto a que en la actualidad no existe ninguna cura para el Parkinson, el tratamiento se dedicará a tratar aquellos síntomas que incapaciten más al paciente, siendo este el motivo de que no exista un tratamiento estándar.
En la mayoría de los casos, se prescriben fármacos que aumentan o reemplazan la dopamina para ayudar a controlar los problemas relacionados con los temblores o el movimiento. Desgraciadamente, con el tiempo, los beneficios de los medicamentos con frecuencia disminuyen o se vuelven menos constantes.
También existe un procedimiento quirúrgico llamado estimulación cerebral profunda en la cual el cirujano implanta unos electrodos en una zona específica del cerebro conectados a un generador implantado en el pecho, cerca de la clavícula a través del cual se envían impulsos eléctricos al cerebro pudiendo llegar a reducir los síntomas. Como todo proceso quirúrgico, la cirugía implica riesgos, incluidas infecciones, accidentes cerebrovasculares o hemorragia cerebral.
Otros tratamientos incluyen el tratamiento con toxina botulínica que consiste en la utilización del bótox en los tratamientos de las distonías faciales muchas veces relacionadas con la enfermedad de Parkinson.
Auriculoterapia: consiste en aplicar pequeñas agujas sobre el pabellón auricular que reactivan los mecanismos que autorregulan la producción de dopamina y demás sustancias neurotransmisoras.
Fisioterapia: Tiene el objetivo de ayudar a rehabilitar la marcha, disminuir bloqueos, mejorar los cambios posturales, mantener la amplitud de movimiento y la elasticidad muscular, y disminuir las molestias físicas derivadas de otros síntomas que aparecen durante la evolución de la enfermedad.
La terapia de Andulación: Este dispositivo innovador utiliza vibraciones mecánicas de baja frecuencia y calor infrarrojo de onda corta para estimular el cuerpo a nivel profundo. Proporcionando:
- Alivio del dolor muscular y articular.
- Relajación de la rigidez muscular.
- Mejora de la circulación sanguínea y linfática.
- Reducción de la fatiga y mejora del sueño.
- Estimulación del metabolismo celular.
Presoterapia: Este tratamiento terapéutico utiliza un sistema de aire para aplicar presión controlada en diferentes partes del cuerpo, generalmente las extremidades. Ayudando a:
- Reducir la hinchazón y la retención de líquidos.
- Mejorar el drenaje linfático, ayudando a eliminar toxinas.
- Aliviar la sensación de pesadez y fatiga en las piernas.
- Promover la relajación muscular.