La tendinitis es una afección que afecta a muchas personas en todo el mundo. Puede ser consecuencia de una lesión deportiva o también puede ocurrir debido al uso excesivo o la repetición de ciertos movimientos en la vida diaria. En esta entrada del blog, exploraremos en profundidad qué es la tendinitis, sus causas, síntomas y las opciones de tratamiento disponibles.
¿Qué es la tendinitis?
La tendinitis, también conocida como tendinopatía, es una inflamación o irritación de los tendones, que son las estructuras fibrosas que conectan los músculos con los huesos. Lo más habitual, es que la tendinitis afecte a los tendones que dan soporte a las articulaciones que por una razón u otra más uso le damos en nuestro día a día haciendo de áreas como los hombros, codos, muñecas, rodillas y tobillos las más vulnerables. Esta condición puede ser dolorosa y limitar la movilidad de la persona afectad pudiendo llegar a convertirse en los casos más severos en una tendinosis, dónde el tendón empieza a sufrir cierto desgaste.
Causas
La tendinitis puede tener diversas causas, pero las más comunes incluyen:
- Uso excesivo: El uso excesivo o la sobrecarga repetitiva de un tendón, ya sea en actividades deportivas o tareas laborales, puede desencadenar la tendinitis. Los movimientos repetitivos generan estrés en los tendones, lo que puede llevar a su inflamación y deterioro.
- Lesiones agudas: Las lesiones traumáticas, como una caída o un impacto repentino, pueden dañar los tendones y provocar tendinitis.
- Postura incorrecta: Mantener una postura incorrecta durante largos períodos de tiempo puede ejercer tensión adicional sobre ciertos tendones, lo que aumenta el riesgo de desarrollar tendinitis.
La tendinitis también puede ocurrir con la edad a medida que el tendón pierde elasticidad. Las enfermedades generalizadas (sistémicas), como la artritis reumatoidea o la diabetes, también pueden ocasionar tendinitis.
Síntomas
Los síntomas de la tendinitis pueden variar dependiendo de la ubicación y la gravedad de la lesión, pero los más comunes incluyen:
- Dolor: El síntoma principal de la tendinitis es el dolor en la zona afectada. Este dolor puede ser leve al principio, pero puede intensificarse con el tiempo y suele empeorar con el movimiento.
- Hinchazón: En algunos casos, se puede producir hinchazón alrededor del tendón afectado.
- Rigidez: Muchas personas experimentan rigidez en las articulaciones cercanas al tendón afectado, lo que puede dificultar el movimiento normal.
La tendinitis puede producir distintos tipos de dolor en función de su localización:
Codo de tenista. El dolor se localiza en la zona exterior del antebrazo, cerca del codo, cuando se rota el antebrazo o se coge un objeto.
Tendinitis aquílea. Produce dolor justo por encima del talón.
Tendinitis del aductor. Causa dolor en la ingle.
Tendinitis patelar. Se siente el dolor justo por debajo de la rótula de la rodilla.
Tendinitis del bíceps. Produce dolor en la zona del hombro.
Tratamiento
El tratamiento de la tendinitis generalmente se centra en aliviar el dolor y reducir la inflamación. Algunas de las opciones más utilizadas incluyen:
- Reposo y corrección o modificación de la actividad: Descansar el área afectada y evitar actividades que puedan empeorar los síntomas es fundamental para permitir que el tendón se recupere. En algunos casos, puede ser necesario modificar la forma en que se realiza una actividad para reducir el estrés que sufre el tendón al realizarla.
- Terapia física: Un fisioterapeuta puede ayudar a fortalecer los músculos y mejorar la flexibilidad alrededor del tendón afectado, lo que puede acelerar el proceso de curación.
- Tratamiento farmacológico: Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) pueden ayudar a aliviar el dolor y facilitar su recuperación.Es fundamental recordar que el tratamiento de la tendinitis debe ser personalizado y adaptado a las necesidades individuales. Si experimentas síntomas de tendinitis, es recomendable consultar a un médico o especialista para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento efectivo.
Andulación
La andulación es una técnica no invasiva ni farmacológica que combina vibraciones mecánicas de baja frecuencia y calor infrarrojo. Se utiliza en diversas afecciones musculoesqueléticas, incluyendo la tendinitis.
En el caso de la tendinitis, la andulación puede proporcionar varios beneficios:
- Reducción del dolor: Las vibraciones mecánicas pueden ayudar a aliviar el dolor asociado a la tendinitis, se trata de vibraciones con un efecto analgésico que puede disminuir la sensación de dolor y promover la relajación muscular.
- Mejora de la circulación: Aumentar la circulación sanguínea en la zona afectada. Esto ayuda a suministrar nutrientes y oxígeno a los tejidos dañados, promoviendo así su recuperación.
- Reducción de la inflamación: La tendinitis a menudo se acompaña de inflamación en los tejidos afectados. El calor infrarrojo utilizado en la andulación puede ayudar a reducir esta inflamación, aliviando los síntomas asociados como la hinchazón y la sensibilidad.
- Relajación muscular: Las vibraciones suaves y el calor de la andulación serán de ayuda para relajar los músculos tensos alrededor del tendón afectado. Esto puede reducir la tensión y la presión sobre el tendón, favoreciendo su recuperación.
Es por eso que la andulación será una buena terapia complementaria para ayudar a aliviar los síntomas y promover la recuperación.