El dolor es un fenómeno complejo y necesario, que nos sirve para ponernos en alerta. Existen casos en los que aparece cuando realmente no hay ninguna señal de alarma y esto es lo que se conoce como dolor neuropático. Aproximadamente un 20% de los registros de dolor crónico es de tipo neuropático. Se define como el dolor que se origina como consecuencia directa de una lesión o enfermedad que afecta al sistema somatosensorial considerándose a su vez, una enfermedad de tipo neurológica.
¿Qué es el dolor neuropático?
El dolor neuropático, es un dolor que se origina en el sistema nervioso y por esta razón suele ser bastante complejo de diagnosticar. Si nos basamos en la localización de su afectación, podemos diferenciar 2 tipos, periférico o central. También es común que se asocie a otras patologías como pueden ser los trastornos de sueño, ansiedad y depresión.
Lo normal es que el dolor actúe como señal de alerta para protegernos de alguna amenaza, haciendo que el cerebro envíe una señal en forma de estímulo doloroso y así nuestro organismo se ponga manos a la obra y actúe para resolverlo. Con el dolor neuropático, existe un fallo a nivel neuronal por lo que se perciben estímulos normales como señales dolorosas y por lo tanto, se pierde esta función de alerta y protección.
Aproximadamente el 90% de los casos de dolor neuropático se originan en el Sistema Nervioso Periférico. El 10% de los casos restantes se originan en el Sistema Nervioso Central secundario a ictus, esclerosis múltiple y enfermedad de Parkinson.
Causas
El dolor neuropático puede ser originado por diferentes motivos entre los cuáles, los más frecuentes, incluyen:
- La compresión de un nervio.
- Lesión nerviosa, como ocurre en trastornos que afectan los nervios (como la diabetes mellitus o el herpes zóster).
- Un proceso anormal o alterado de las señales de dolor por parte del encéfalo y la médula.
- Después de una cirugía.
En algunos casos, el dolor neuropático también puede deberse a desequilibrios nutritivos, ingesta abusiva de alcohol o tóxicos, infecciones o algunos problemas autoinmunes.
Síntomas
Los síntomas del dolor neuropático se pueden manifestar o describir de distintas formas entre las cuales destacan:
- Hormigueo
- Sensación de quemazón o punzante
- Percepción de presión o de alteración de temperatura
- Hiperalgesia o alodinia (sensación excesiva del dolor o sentir dolorosos estímulos que no lo deberían ser)
El dolor neuropático puede ser intenso y constante dificultando por ejemplo el movimiento. En los casos en los que esto ocurre, dejar de mover algunas partes del cuerpo para evitar acentuar la dolencia puede llevar a la atrofia por desuso.
Además de esto, es muy común que aquellos que padecen dolor neuropático se sientan ansiosos y/o deprimidos lo cual puede llevar a empeorar más algunos de los síntomas.
Diagnóstico
Será necesaria una buena anamnesis y examen físico además de las pruebas necesarias de diagnóstico por imagen para confirmar una neuropatía. Durante el examen físico, no solo se valorará la sintomatología, sino que también se evaluará la disfunción del nervio que se sospeche que puede estar afectado, éste, se dividirá en dos partes, una evaluación motora para determinar la existencia de alteraciones del trofismo muscular, cambios en el tono, presencia de parestesias y a veces movimientos involuntarios. En el examen sensitivo se debe evaluar tacto, sensación térmica y dolor.
Tratamiento
Una correcta evaluación y diagnóstico serán de vital importancia para plantear un tratamiento exitoso, también será igual de importante explicar al paciente los objetivos del tratamiento y establecer metas claras, evaluando además la tolerancia y la efectividad de los fármacos. Medidas no farmacológicas como técnicas de relajación para la disminución del estrés, una buena higiene del sueño, terapias físicas y otras medidas que sean adecuadas a cada paciente serán opciones a valorar.
Respecto al tratamiento farmacológico, los medicamentos más habituales incluyen los antidepresivos, neuromoduladores o gabapentinoides, anestésicos locales, opioides y anticonvulsivantes.
Otras opciones:
Fisioterapia: intenta reconstituir los músculos para que puedan moverse con normalidad y con menos dolor.
Psicoterapia: el dolor puede provocar estrés en el paciente. Esta terapia ayuda al paciente a gestionar el dolor.
Cirugía correctiva
Bloqueos nerviosos terapéuticos: se trata de anestesias locales o inyecciones de esteroides que se administran en el origen del dolor.
Dispositivos médicos (neuromoduladores): modulan las señales del dolor antes de alcanzar el cerebro.
Neuroablación: suele realizarse cuando los otros tratamientos han fallado.
Si detecta algunos de los síntomas mencionados de forma regular, contacte con su médico para tratarlos a tiempo, ignorarlos puede causar un deterioro de su salud física y mental.
La terapia de Andulación en dolor neuropático
La Andulación es una terapia que tiene unos muy buenos resultados en cuanto al manejo del estrés y la reducción de la ansiedad ya que nos ayudará a aumentar la resistencia al estrés y a protegernos de sus efectos.
Actúa como neurosedante, relajando el sistema nervioso simpático y estimulando el sistema nervioso parasimpático y corrigiendo, entre otros, la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea desde su primera sesión.
También actuará como relajante muscular que seguro que la situación de estrés nos habrá ido generando. Esto es gracias a el calor por infrarrojos que nos ayudará a oxigenar y mejorar la irrigación de la musculatura facilitando así su relajación.
Por lo tanto, la Andulación actúa de dos formas. Directamente, reduciendo la tensión muscular y la rigidez de las fascias, e indirectamente mediante la relajación del sistema nervioso.