Como cada 18 de noviembre, celebramos el día europeo del uso prudente de antibióticos a través del cual, se pretende concienciar a la sociedad del mal uso que existe de éstos y de los riesgos que conlleva su abuso para nuestra salud.
Según diversas investigaciones, cada vez más personas tienden a consumir estos fármacos al menor síntoma y esto es algo que supone un grave riesgo para la salud, ya que, de esta forma, nuestro cuerpo se vuelve inmune a los fármacos.
¿Qué son los antibióticos?
Los antibióticos son un tipo de fármaco que se utiliza para combatir las infecciones bacterianas dificultando tras su ingesta su crecimiento y proliferación dentro del organismo. Se pueden tomar de diversas formas:
- Vía oral: Pastillas, cápsulas, líquidos…
- Tópicamente: Cremas, aerosoles, gotas…
- Inyectable. Suele utilizarse en los casos más graves.
Analgésicos y Antiinflamatorios
Se utilizan para tratar el dolor físico producido en la mayoría de los casos por lesiones, golpes o heridas. Se dividen en opiáceos y no opiáceos. Los opiáceos son aquellos que requieren de supervisión médica, se utilizan en los casos más severos y solo pueden generar dependencia.
Los segundos, se utilizan para controlar los procesos inflamatorios no solo en cuanto a inflamación refiere sino también en cuanto a la dolencia que la propia hinchazón ocasiona.
Antialérgicos
Se usan para tratar de aliviar los efectos negativos de las alergias o las hipersensibilidades.
Antipiréticos, mucolíticos y Antitusivos
Estos fármacos se utilizan para reducir la fiebre.
Los mucolíticos se recomiendan para acabar con la mucosidad en los casos en que ésta dificulta una respiración correcta.
Los Antitusivos en cambio, se usan para reducir la tos. En este tipo habrá que tener en cuenta que algunos de ellos contienen codeína que es una sustancia que puede generar dependencia.
Antiinfecciosos y antivirales
Son aquellos que se recetan para hacer frente a los procesos infecciosos y los hay de distintos tipos en función de que ocasione la infección:
Antibióticos: Bacterias.
Antifúngicos: Hongos.
Antivirales: Virus.
Antiparasitarios: Parásitos.
Antiácidos y Antiulcerosos
Son los fármacos que utilizamos para combatir las secreciones gástricas y la acidez estomacal.
Antidiarreicos y laxantes
Como su nombre bien indica, son los fármacos antidiarreicos son empleados para frenar los efectos de la diarrea.
Los segundos, son fármacos de uso moderado, se utilizan para favorecer al tránsito intestinal y combatir el estreñimiento de larga duración.
Antidepresivos
Este tipo pertenece al grupo de los psicotrópicos y se utiliza para combatir los trastornos depresivos, de ansiedad, desórdenes alimenticios y alteraciones en el control de los impulsos.
Alternativas contra el dolor
Son muchas las veces en la que el dolor que sufrimos es tan fuerte que vamos a necesitar de un remedio para poder aliviarlo y por este motivo vamos a recoger a continuación otras alternativas para aliviar este dolor que no implican el uso de fármacos y así concienciar y evitar su abuso.
FISIOTERAPIA PARA ALIVIAR EL DOLOR
El masaje terapéutico es una de las alternativas más conocidas para el alivio del dolor. En esta terapia el fisioterapeuta utiliza los movimientos de sus manos para trabajar directamente sobre la musculatura y tejidos blandos del paciente con la finalidad de aliviar molestias en diversas partes del cuerpo, calentar y estimular la musculatura, flexibilizar los tejidos, mejorar la irrigación y además mejorar el bienestar psicológico gracias a la acción que tiene refleja sobre el sistema nervioso.
El fisioterapeuta además de esto, podrá proponerte una serie de ejercicios a realizar para cada situación concreta que te ayudarán a optimizar los resultados esperados.
CONECTAR CUERPO Y MENTE
Las técnicas de relajación o la meditación tienen numerosos beneficios para la salud, entre ellos el alivio del dolor. Al conectar nuestra mente y cuerpo logramos destensar nuestra musculatura y gracias a ello favorecer a la disminución del dolor. Enfocar nuestros pensamientos en otras cosas ayudan a que el dolor pase desapercibido.
Practicar actividades como el yoga o el tai chi son altamente beneficiosas para lograr la relajación, obtener control de nuestro cuerpo estirando a la vez la musculatura y sintiéndonos mejor con nosotros mismos.
APLICAR FRÍO Y/O CALOR
La aplicación de frío y calor sobre la zona dolorida es una de las alternativas que más gente utilizadas como alternativa al uso de fármacos. En función de motivo que esté causando el dolor aplicaremos una u otra.
Se recomienda la aplicación de calor en caso de dolencias causadas por contracturas, malas posturas, rigidez o lesiones provocadas por sobreesfuerzo. La aplicación de frío en cambio, suele ir acompañada de un proceso inflamatorio y por eso es una gran aliada en casos de roturas fibrilares, golpes esguinces, luxaciones, fracturas, tendinitis…
MANTENER UNA DIETA SANA
Cuidar la alimentación no solo es importante para sentirse bien con uno mismo, también es porque existen ciertos alimentos que poseen propiedades analgésicas y, por lo tanto, nos ayudaran a combatir el dolor sin necesidad de recurrir a medicamentos.
Mantener una dieta ligera y equilibrada, por ejemplo, ayuda a controlar la inflamación. Según un estudio de la Universidad Umea (Suecia), la dieta mediterránea contribuye a un alivio del dolor en enfermos de artritis.
Además, también existen varios alimentos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que nos ayudarán a llevar una vida más saludable y a aliviar el dolor causado por diversas enfermedades, un ejemplo de ello son frutas como la cereza, la naranja, la piña y la granada.
30MIN AL DÍA DE EJERCICIO FÍSICO
En varias ocasiones hemos oído hablar de los muchos beneficios que el ejercicio físico tiene para nuestra salud. La práctica de 30min al día de ejercicio físico moderado ya sea caminar o montar en bicicleta ayudará a prevenir lesiones. Otras actividades, como la natación son beneficiosas para aliviar las dolencias de la espalda. Es importante mantenernos activos para mantener a nuestro cuerpo sano.
ANDULACIÓN
La terapia de Andulación puede ser la alternativa a la ingesta de ciertos fármacos o a su reducción en muchos casos. Se trata de un tratamiento no invasivo, no farmacológico y no doloroso que actuará sobre nuestro organismo estimulando la producción de endorfinas (analgésico natural) y ATP que nos proporciona la energía necesaria para mover al cuerpo además de mejorar la circulación, actuar como potente descontracturante muscular y aliviando gran parte de dolencias.
Los dos principios que utiliza son las vibraciones mecánicas y el calor por infrarrojos. Las vibraciones se caracterizan por ser sinusoidales y estocásticas, esto se puede traducir en que están programadas a una frecuencia y parámetros adecuados para que el cuerpo no asimile un patrón concreto de vibración, de esta manera siempre responderá al estimulo y además no podrá predecir el impulso y así no habituarse al tratamiento.
Por el otro lado, los emisores infrarrojos son de onda corta (tipo A) que son los utilizados en infinidad de campos con propiedades sanitarias en cuanto a alivio del dolor y como antiinflamatorio, esto se debe a que tienen mayor profundidad de penetración en los tejidos y de esta forma facilita y permite la circulación sanguínea a zonas del cuerpo de difícil acceso.
Llegados a este punto, esperamos haberte dado suficientes herramientas para que puedas mejorar tu calidad de vida y aliviar tus dolencias sin la necesidad de recurrir a los medicamentos.
