El ritmo de vida actual ha provocado un aumento significativo de molestias musculares y articulares ya sea por el sedentarismo o los sobreesfuerzos. Entre las causas más frecuentes de consulta y baja laboral se encuentran las contracturas, lumbalgias y cervicalgias, problemas que afectan a personas de todas las edades y estilos de vida.
Hoy vamos a hablar de formas no invasivas para manejar dichas dolencias, como una de las herramientas más sencillas, seguras y accesibles para prevenir y aliviar este tipo de afecciones, los estiramientos.
¿Qué son los estiramientos y para qué sirven?
Los estiramientos son ejercicios destinados a alargar de manera suave y progresiva los músculos y tejidos conectivos. Su finalidad principal es mantener y mejorar la flexibilidad, favorecer la movilidad articular y reducir la tensión muscular acumulada aportando grandes beneficios al realizarlos habitualmente:
Mejora de la flexibilidad y del rango de movimiento.
Reducción de la rigidez y del dolor muscular habitual.
Disminución del riesgo de lesiones.
Mejora de la circulación y del estado general de la musculatura.
Sensación de bienestar y reducción del estrés.
Todo esto gana importancia al saber que las lumbalgias se sitúan entre las principales causas de baja laboral en adultos y que las contracturas junto con las cervicalgias afectan con mayor frecuencia a personas que pasan muchas horas sentadas o realizan movimientos repetitivos. Afecciones que, por lo tanto, están estrechamente relacionadas con la falta de movimiento, sobreesfuerzos y la tensión mantenida a lo largo del día, y que ponen de manifiesto la importancia de incorporar hábitos preventivos como el estiramiento y otras técnicas no invasivas en la rutina diaria para reducir el impacto de estas dolencias.
Síntomas más frecuentes
Los síntomas derivados de las contracturas musculares, la lumbalgia o la cervicalgia pueden variar en intensidad y duración, pero suelen compartir un patrón común. El más habitual es la presencia de dolor, que puede ser localizado en un punto concreto o irradiarse hacia zonas cercanas, como hombros, brazos, glúteos o piernas, dependiendo de la región afectada. A este dolor se suma con frecuencia una marcada sensación de rigidez o tirantez, que dificulta realizar movimientos cotidianos con normalidad.
También es frecuente experimentar limitación en la movilidad, especialmente al girar el cuello, inclinar la espalda o levantarse después de estar sentado durante un tiempo prolongado. En algunos casos pueden aparecer hormigueos o pequeñas parestesias, generalmente transitorias, que reflejan la tensión acumulada en la musculatura o en los tejidos circundantes. Muchas personas describen además una fatiga muscular que se intensifica al final del día, así como la sensación de “bloqueo” o de falta de flexibilidad en la zona dolorida.
Aunque estos síntomas pueden resultar molestos, suelen mejorar con medidas sencillas como el cuidado preventivo, la movilidad regular, el estiramiento suave y estableciendo hábitos saludables que reduzcan la tensión del día a día.
Prevención
La prevención juega un papel fundamental en el cuidado de nuestra musculatura, y el estiramiento diario es una de las herramientas más sencillas y eficaces para lograrlo. Dedicando tan solo 5 a 10 minutos al día a movilizar y alargar suavemente los músculos se puede:
Evitar la acumulación de tensión muscular.
Reducir el impacto de posturas mantenidas (ordenador, móvil, conducción…).
Preparar al cuerpo para la actividad física.
Contribuir a un mejor descanso y recuperación.
Tratamientos y manejo del dolor
Cuando aparece dolor o rigidez, es recomendable combinar algunas estrategias seguras y no invasivas, todas ellas accesibles para realizar en casa:
1. Estiramientos suaves y progresivos
Especialmente útiles en las primeras fases la aparición del dolor.
2. Pausas activas
Moverse cada 45–60 minutos ayuda a evitar la tensión prolongada.
3. Calor local
Para ayudar a relajar la musculatura tensa se recomienda la aplicación de calor local 15-20min hasta 3-4 veces al día.
4. Terapias no invasivas
En iXalud, apostamos por la terapia de andulación que combina vibraciones mecánicas y calor infrarrojo, utilizada enfocada al bienestar para relajar la musculatura y mejorar la sensación de bienestar general. Además de ser un tratamiento efectivo en el tratamiento de la mayoría de afecciones musculoesqueléticas crónicas por sus muchos beneficios:
Relajación de la tensión muscular recurrente
Mejora la sensación de rigidez o sobrecarga
Ayuda a relajarse relajarse y mejora la calidad del sueño
Disminuye el dolor y oxigena la musculatura
Reduce la inflamación
- Activa la circulación y favorece al drenaje linfático
La combinación de relajación + aumento de la movilidad puede facilitar que los estiramientos y ejercicios suaves se realicen con menor molestia.
Finalmente, lo más importante de todo, mantener los hábitos ganados. Es posible que en alguna ocasión el dolor nos desmotive pero será muy importante, regular la actividad a la intensidad que podamos realizar en esa ocasión pero no dejar de hacerlo.






