La evaluación correcta del dolor crónico es algo fundamental para determinar el tratamiento adecuado y que así el paciente pueda mejorar. Medir el dolor es algo complejo puesto que se trata de una percepción personal y cada persona lo siente a su manera. En los casos en que un dolor persiste o se cronifica será de vital importancia que la comunicación entre el paciente y el especialista sea clara para así poder lograr una mejoría.
¿Qué es el dolor crónico?
Se define al dolor como una señal del sistema nervioso que nos indica que algo no va bien. Se percibe como una sensación desagradable y se clasifica en agudo o crónico en función de su duración.
El dolor agudo, es aquel que nos indica que tenemos una lesión o nos pasa algo y que tras cumplir con un reposo adecuado o seguir un tratamiento desaparece.
En su contra, el dolor crónico, es aquel que perdura en el tiempo y aunque su origen puede ser una lesión o infección, éste perdura una vez ese origen ha sanado. También se mantiene pese a realizar reposo o tratamiento. Se clasifica como dolor crónico aquel que perdura pasados 3 meses, es más común en la gente de edad avanzada y aunque no siempre es un dolor constante, su recurrencia afecta directamente a la calidad de vida de aquellos que lo padecen.
¿Cómo se diagnostica el dolor crónico?
Será el médico el responsable de identificar si una dolencia es crónica, para ello, se debe realizar un diagnóstico mediante una perspectiva multidimensional que no abarque solamente los aspectos físicos sino también aquellos que afectan al comportamiento y al entorno ya que todos ellos afectarán las actividades de la vida diaria de aquel que los padece. Lo primero que se realizará es descartar que la base de la dolencia sea de causa orgánica y para ello se realizarán las pruebas adecuadas a cada caso.
Objetivo
El principal objetivo una vez se ha diagnosticado el dolor crónico será aliviar la dolencia que se está padeciendo, para ello se recurrirá a rehabilitación e incluso a la unidad del dolor. Será de gran importancia que el especialista tenga la suficiente empatía con el paciente para poder asesorarle en caso de ser necesario la atención o valoración psicológica adecuada.
¿Cómo actúa la unidad del dolor?
El objetivo de la unidad del dolor será obtener la información necesaria del paciente para así abordar la sintomatología del paciente con la mayor precisión posible. Para ello se suele seguir un protocolo estándar que incluye:
- Cuestionario del dolor
- Entrevista clínica
- Escalas y test de medición del dolor
- Exploración clínica
- Evaluación psicológica
Cuestionario de dolor
Debe recoger la información básica y relevante sobre el paciente incluyendo los antecedentes y su tratamiento actual. Suele incluir también un dibujo del cuerpo donde el paciente indica o marca las zonas que le duelen.
Entrevista clínica
Será fundamental ganarse la confianza del paciente durante la entrevista clínica para poder ayudarlo. A menudo, se trata de pacientes cuyos médicos anteriores han fracasado en cuanto a su tratamiento y por esta razón, se presentarán incrédulos ante la posibilidad de mejorar.
Lograr ese vínculo es fundamental puesto que si el paciente no cree que puede mejorar va a ser prácticamente imposible que lo haga. Una vez se conozcan los aspectos fundamentales de la dolencia en cuanto a problemas físicos, mentales o psicosociales el especialista deberá elaborar el plan de evaluación y tratamiento adecuados.
Los puntos clave de la entrevista suelen incluir tratar la dolencia principal, historia de la dolencia de inicio a punto actual, antecedentes personales, revisión de todos los sistemas y hábitos, antecedentes familiares y la historia laboral y social del paciente.
Evaluación del dolor
Como ya hemos comentado, el dolor es algo muy subjetivo y varía en función de cada persona. Por este motivo, el médico valorará la dolencia y sintomatología a través de métodos verbales donde será el propio paciente quien pondrá valor de forma verbal a su dolencia de forma unidimensional o multidimensional, las más comunes del primer grupo son la escala EVA, numérica o facial y en cuanto a multidimensionales, algunos cuestionarios que proporcionan información más detallada de la dolencia, entre los más comunes encontramos el McGill y el cuestionario breve de dolor.
La otra forma será medir la dolencia mediante métodos fisiológicos donde se medirá de forma médica el estado de dicha dolencia, para ello se utilizarán diversas pruebas y estudios como por ejemplo estudio de respuestas fisiológicas o de patrones electromiográficos, neurografías percutáneas, analíticas, reflejos de dolor y determinación de patrones como puede ser el respiratorio.
Exploración clínica
La exploración clínica se realiza para lograr una aproximación al estado físico, neurológico, musculoesquelético y psiquiátrico general del paciente ya que el dolor puede tener infinidad de causas.
Durante la exploración, se lleva a cabo una palpación y exámenes que serán de gran utilidad para determinar ciertos signos subjetivos y objetivos en cuanto a la dolencia (gestos, quejidos, expresiones faciales, sudoración, taquicardias…)
Se puede clasificar el dolor en función de su respuesta al estímulo según los siguientes parámetros:
Alodinia: | Es el dolor generado por un estímulo que normalmente no lo provoca |
Disestesia: | Sensación anormal desagradable, tanto espontánea como evocada |
Hiperalgesia: | Un estímulo doloroso provoca un dolor más intenso de lo normal |
Hiperestesia: | Sensibilidad aumentada a la estimulación, excluyendo los sentidos especiales. Puede ser sensibilidad al tacto, temperatura o dolor. Incluye la alodinia y la hiperalgesia |
Hiperpatía: | Síndrome doloroso caracterizado por una reacción dolorosa anormal a un estímulo, especialmente uno repetitivo, así como un umbral aumentado |
Hipoalgesia: | Respuesta dolorosa disminuida a un estímulo doloroso |
Hipoestesia: | Disminución de la sensibilidad a la estimulación, excluyendo sentidos especiales |
Anestesia dolorosa: | Dolor en un área o región anestésica |
Evaluación psicológica
Este punto es muy importante debido al hecho de que muchos pacientes con dolor crónico presentan cierto grado de ansiedad o decaimiento estrechamente relacionado con el dolor que sienten. Además de esto, la existencia de una enfermedad psicológica o psiquiátrica puede agravar la dolencia que padecen y por este motivo detectar cualquier posible afectación ansioso-depresiva será clave para el tratamiento.
Tratamiento del dolor crónico
Las opciones terapéuticas para el tratamiento del dolor crónico se pueden dividir en farmacológicas, no farmacológicas o intervenciones, todos ellos pueden ser utilizados como único tratamiento o utilizarse en conjunto como tratamiento siempre teniendo en cuenta la relación entre riesgo y beneficio.
En lo que refiere al tratamiento farmacológico no debemos olvidar que el paciente que está sometido a ellos de una forma prolongada en el tiempo puede tener consecuencias a la larga a nivel hepático, gástrico o renal.
En la mayoría de tratamientos a nivel osteomuscular tener un nivel de vida saludable será algo básico por ello mantener una dieta equilibrada y realizar un mínimo de actividad física será esencial para su mejoría, si el paciente se limita únicamente a la vía farmacológica del tratamiento es más que probable que la mejoría obtenida sea a corto plazo y los síntomas vuelvan a aparecer.
En cuanto al tratamiento no farmacológico, además de mantener un estilo de vida saludable, es muy posible que al paciente con dolor crónico se le derive a rehabilitación, fisioterapia o a tratamientos no invasivos como puede ser la Andulación.
Cuando estas formas de tratamiento no funcionan, en caso de que la intervención quirúrgica se contemple existen otros tratamientos posibles como pueden ser los bloqueos, procedimientos neurolíticos o la aplicación de fármacos intratecales.
Dolor crónico y Andulación
La terapia de Andulación ofrece unos buenos resultados en el tratamiento del dolor crónico. Se trata de una terapia no invasiva, no farmacológica y no dolorosa. Gracias a su efecto estimulante sobre la circulación y el metabolismo, el organismo recibe el oxígeno y nutrientes necesarios permitiendo que la musculatura se descontracture y mejore la limitación articular. Además de esto, su efecto sobre el sistema linfático facilitará la eliminación de los residuos metabólicos y otras substancias tóxicas o nocivas del organismo.