Las causas de una protusión de disco intervertebral están normalmente relacionadas con el desgaste propio de la edad del disco afectado. Con los años, el contenido en agua del núcleo interno gelatinoso de los discos se reduce y por ello disminuye tanto su elasticidad como su capacidad de amortiguar golpes y sacudidas.
Asimismo, también las sobrecargas o cargas inapropiadas continuas pueden conducir a la protrusión. El núcleo gelatinoso va perdiendo elasticidad y resistencia de forma cada vez más rápida. En un momento dado el anillo de fibras deja de poder cumplir su función de soporte, cede a la presión del núcleo gelatinoso y se extiende por la periferia del cuerpo vertebral. Otra de las causas de peso de la protrusión de disco es, en todo el sentido de la palabra, el sobrepeso. En algunos casos menos frecuentes, el detonante puede ser una inflamación del disco.