Patologías

Trastornos del sueño

El trastorno del sueño afecta de forma importante a nuestra calidad de vida. El insomnio es un trastorno habitual del sueño y se define como la dificultad para iniciar o mantener el sueño.

Las personas que sufren de insomnio son aquellas que tienen dificultades para quedarse dormidas, es decir, para continuar durmiendo o para ambas cosas. A consecuencia de esto, duermen poco o mal y es posible que al despertar no se sientan descansadas.

Se calcula que hasta un 40% de la población padece alteraciones del sueño o dificultad para dormir.

Causas del trastorno del sueño

Los tipos primarios de insomnio no tienen ninguna enfermedad física ni psíquica reconocible como causa. Sin embargo sí se consideran como posibles detonantes las cargas psicológicas, el estrés así como el ruido nocturno o la luz demasiado clara, como por ejemplo la que entra de la calle. Tras el insomnio secundario pueden ocultarse enfermedades como trastornos cardiovasculares, dolores crónicos, tumores cerebrales y otras enfermedades de carácter cancerígeno, epilepsia, Parkinson, afecciones renales así como depresión y trastornos de an-siedad. También el consumo excesivo de alcohol y café o el abuso de drogas o medicamentos pueden ser los respon-sables de estos trastornos del sueño.
Por su parte, las causas de los trastornos relacionados con el ritmo del sueño y el des-pertar suelen ser trabajos nocturnos o servicios por turnos así como los cambios de horario (jetlag). La hipersomnia se debe en muchos casos a la conocida como apnea del sueño, un trastorno respiratorio que produce episodios breves y temporales de obstrucción de la respiración durante el sueño. Los trastornos relacionados con el sueño suelen cursar con pesadillas, rechinar de dientes o hablar en sueños.

Síntomas del trastorno del sueño

Los trastornos del sueño destacan por que el paciente se despierta una o varias veces durante el periodo de descanso y suele necesitar más de media hora para volver a conciliar el sueño. En los trastornos del sueño suelen pasar unos treinta minutos o incluso más hasta que el afectado consigue por fin dormir. Los dos tipos pueden aparecer tanto de forma temporal como crónica. Un insomnio crónico se mantiene ininterrumpidamente durante más de seis semanas. En los casos de trastornos del ritmo del sueño y el despertar, así como en la hipersomnia, el sueño se interrumpe una o dos veces; además es posible que existan grandes dificultades para conciliarlo.

Todos los tipos de trastornos del sueño cursan con un comprensivo aumento de la somnolencia diaria, descenso de la concentración y del rendimiento así como un incremento de la tensión. Muchos de los afectados desarrollan verdadero miedo al momento de ir a la cama ante la idea de pasar otra noche sin dormir o de no poder obtener reposo nocturno. De esta forma se entra en una espiral de expectativas y miedo a no conseguir dicho descanso, que empeora aún más el problema.

Diagnóstico del trastorno del sueño

Para realizar el diagnóstico de un trastorno del sueño es necesario conocer en primer lugar la historia clínica del paciente. Además puede sugerirse la idea de llevar un diario del sueño o realizar un cuestionario sobre el mismo. Las pruebas nocturnas en los centros del sueño son otra medida de eficacia demostrada para encontrar la causa del trastorno en cuestión; en ellas se miden y valoran las funciones corporales que tienen lugar durante el sueño. Dichas pruebas tienen lugar en una atmósfera cómoda, por lo que el afectado puede relajarse como en casa y elegir la posición que prefiera para dormir.
Muchas otras patologías, trastornos o factores pueden ser causantes del insomnio. Las más frecuentes son:

● Las afecciones que causan dolor crónico (constante), como la artritis y los trastornos que se manifiestan con dolores de cabeza.
● Las afecciones que producen dificultad para respirar, como el asma y la insuficiencia cardíaca.
 Tiroides muy activa.
● Los trastornos gastrointestinales, como la acidez estomacal.
● Los accidentes cerebrovasculares.
● El síndrome de las piernas inquietas.
● La menopausia y los sofocos.

Asimismo el insomnio y los trastornos del sueño pueden ser un efecto secundario de algunas medicinas. Por ejemplo, algunas medicinas para el asma, como la teofilina, y para las alergias y el resfriado pueden causar insomnio. Los betabloqueantes para el tratamiento de problemas del corazón también pueden causar insomnio.

Tratamiento del trastorno del sueño

● Renunciar completamente a las bebidas con cafeína como café o té negro hasta seis horas antes de ir a la cama.
● No tomar una cena demasiado abundante, pesada y con alto contenido en proteínas. Asimismo se deben evitar las verduras crudas que son igualmente pesadas para el estómago. Se recomiendan los platos de pasta, las sopas, el pescado y la verdura cocida.
● Demasiado alcohol induce en un principio a dormir, pero a menudo provoca también problemas para dormir toda la noche seguida; totalmente desaconsejado como ayuda para dormir.
● Prepararse para la noche con actividades tranquilas y relajantes. Un paseo nocturno es idóneo.
● Procurar que haya aire fresco y suficiente oscuridad en el dormitorio. Debe mantenerse a una temperatura de entre 14 y 18 °C; sin embargo, se debe evitar que haya corriente de aire.
● No practicar ningún deporte cansado justo antes de irse a dormir, ya que eso estimula demasiado el sistema circulatorio y por eso puede perturbar el sueño.
● Dentro de lo posible, mantener una hora regular de irse a la cama. Así el cuerpo se acostumbra a un ritmo regular de sueño-despertar.
● Renunciar a la siesta durante el día. Cuando realmente nos venza el cansancio, dormir sólo un par de minutos.
● No sentarse demasiado tiempo ante el ordenador o el televisor antes de irse a dormir. Cuanto más medios se consuman, peor será el sueño.

Si pese a todo no se consigue conciliar el sueño, no conviene permanecer acostado, dando vueltas de un lado al otro. Es mejor levantarse y despachar lo que ha quedado por hacer: por la noche algunos planchan y otros hacen la declaración de la renta. Si se vuelve a sentir cansancio se debe intentar dormir de nuevo.

Tratar la enfermedad básica

Si el trastorno del sueño está motivado por una enfermedad física o psicológica, en primer lugar ésta se debe tratar adecuadamente.

Andulación

La terapia de andulación resulta un método muy eficaz contra los trastornos del sueño, ya que aporta una relajación intensa y duradera. Esta relajación es la base para conseguir conciliar y mantener el sueño y así conseguir una mejoría duradera del descanso nocturno.

Métodos herborísticos para dormir

Una alternativa también eficaz y compatible con los métodos químicos para dormir, sobre todo sin el riesgo de dependencia que implican estos últimos, son los principios activos botánicos que mejoran el sueño. Algunos de estos, cuya eficacia está comprobada incluso en experimentos y estudios científicos, son el extracto de raíz de valeriana, el estróbilo de lúpulo, las hojas de melisa y las flores de la pasiflora. Todos ellos existen en preparados por separado y combinados.

Remedios caseros de eficacia probada

Desde hace generaciones la medicina popular tiene preparados los remedios caseros de mayor eficacia contra los trastornos del sueño. Entre ello se encuentran, por ejemplo, beber una o dos tazas de infusión de hinojo o treinta gotas de tintura de valeriana con agua templada justo antes de ir a dormir.

Asimismo una envoltura fría de las pantorrillas aplicada antes de ir a dormir, un baño integral templado y un cepillado en seco del cuerpo entero favorecen la disposición para el sueño y ayudan a conseguir un descanso nocturno sin problemas.

Buena higiene del sueño

Así se llaman todas las medidas para volver a adquirir una buena calidad de sueño y un descanso nocturno sin perturbaciones. Como hemos comentado anteriormente, es importante tratar de acostarnos todos los días a la misma hora.

La estancia debe estar acondicionada para facilitar el reposo. En este sentido conviene regular la intensidad de la luz y evitar la radio, la televisión u otros dispositivos que eviten la creación de un clima de relajación.

La terapia cognitiva conductual

Esta terapia puede servir para aliviar la ansiedad que se asocia con el insomnio crónico ya que tiende a prolongarlo.

Técnicas de relajación

A muchas personas las técnicas de relajación les sirven de ayuda para los trastornos del sueño. Se recomiendan entre otros el entrenamiento autógeno, la relajación muscular progresiva de Jacobson y el yoga o la meditación.

La terapia de andulación en el trastorno del sueño

La terapia de andulación resulta un método muy eficaz contra los trastornos del sueño, ya que aporta una relajación intensa y duradera. Esta relajación es la base para conseguir conciliar y mantener el sueño y así conseguir una mejoría duradera del descanso nocturno.

El uso regular de esta terapia biofísica aumenta la resistencia al estrés y detiene sus efectos dañinos. Esto se consigue gracias a que la terapia de andulación calma el alterado sistema nervioso simpático y estimula el sistema nervioso parasimpático. También el empleo del calor infrarrojo profundo focalizado fomenta la disposición para dormir y la calidad del sueño.

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Más información del trastorno del sueño

Debe tenerse en cuenta que el dormir no entiende de tiempos; muchas personas que creen padecer este tipo de trastornos en realidad no los tienen. Tal y como han de-mostrado los resultados de una investigación del sueño, la duración del mismo varía mucho incluso entre durmientes «sanos»: la gama de horas discurre entre aproxima-damente cinco y diez. Un menor tiempo de sueño no se considera por sí mismo como «insano», sino que describe a la persona en cuestión como alguien que duerme poco por naturaleza.

Las fases del sueño

El sueño no siempre es algo estático, sino que va cambiando a lo largo de su dura-ción. Podemos diferenciar tres fases que se repiten cada 90 minutos aproximada-mente y durante las cuales las ondas cerebrales muestran diferencias muy marcadas. Las fases son las siguientes:

  • Sueño ligero: la respiración y el pulso se hacen más regulares, los músculos se relajan y la temperatura del cuerpo desciende. La percepción y la conciencia se van reduciendo, aunque la persona puede despertarse al más mínimo rui-do. Poco a poco el sueño se vuelve más profundo y las ondas cerebrales descienden. El objetivo de la fase de sueño ligero es la regeneración de las funciones corporales.
  • Sueño profundo: el cuerpo está completamente relajado, la persona deja de percibir lo que pasa a su alrededor y es difícil despertarla. La actividad mus-cular continúa reduciéndose. Esta fase es la más relajada de todo el tiempo de sueño y su objetivo es conseguir una regeneración aún más profunda de las funciones corporales.
  • Fase REM (Rapid Eye Movement): esta fase se caracteriza por el rápido movimiento de los ojos bajo los párpados cerrados. Es especialmente importante para el procesamiento óptimo de las impresiones y pensamientos reunidos durante el día; por este motivo es también la fase en que los sueños son más comunes. Durante la fase REM se elimina además la información sobrante y se almacena otra de mayor importancia en la memoria a largo plazo; de ahí que un sueño largo y profundo con una fase REM lo suficientemente prolongada sea tan importante para un buen rendimiento intelectual.
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